El buda del Cerrato

Fernando Pastor
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El buda del Cerrato

Este mes de octubre se cumplen 10 años de la inauguración de un centro budista en la localidad de Fuentes de Valdepero.

Marga Vázquez, palentina residente en Bruselas, entró en contacto con el budismo en 1991. Problemas personales la llevaron a asistir a la fiesta de cumpleaños de un lama en la capital belga, y allí descubrió que eso se ajustaba a su forma de pensar.

Ante la ausencia de centros budistas en Castilla, aprovechó una espaciosa casa solariega que su familia tenía en Fuentes de Valdepero para crear uno. En 2008 viajó a la India a solicitar permiso al maestro budista Tai Situpa, y en octubre de 2011 inauguró el Centro Budista Tibetano, en plena calle Mayor de esta localidad cerrateña. Esta inauguración corrió a cargo de la lama Tsondru, una de las cuatro lamas occidentales.

En el mes de marzo de 2012 fue bendecido por la máxima autoridad budista en Europa, Ákong Rinpoché, tomando el nombre de Centro Kagyu Samye Dzong, ya que para su creación había contado con el asesoramiento del Centro Samye Dzong de Barcelona, el primer centro budista en territorio español.

Marga Vázquez pretende que este centro tenga carácter abierto a todo el mundo, que nadie lo vea como un lugar extraño donde se encierra un grupo de gente.

El budismo fue fundado en el Tíbet hace mil años. La palabra Buda significa El despierto. Sus seguidores proclaman que las personas son energía y pueden alcanzar la felicidad mediante el trabajo personal de potenciar las emociones positivas y desechar las negativas. Mediante la meditación encontrarán respuesta a cuestiones como quién soy, qué es lo que soy, de dónde vengo, qué hago aquí, etc. Es una filosofía de vida que opina que el ser humano es parte de una energía universal despierta, consciente, que lo sabe todo, y por tanto todas las personas tienen esa consciencia y solo necesitan descubrirla. Nada existe, es la mente la que hace que surja todo. Todo es causa-efecto.

 Para ello organizan retiros. Encuentros de varios días, aprovechando fines de semana largos o puentes, cada dos o tres meses,  dirigidos por maestros o lamas autorizados por las autoridades budistas. En ellos se difunden las enseñanzas de Buda y se enseña a contactar con uno mismo, a meditar sobre las causas de la infelicidad, a despertar en el presente sin importar ni el pasado ni el futuro.

Los adeptos califican el budismo más como una filosofía de vida que como una religión (aunque alguna rama del budismo cree en la reencarnación). Para ellos no existen los pecados ni juzgan a nadie. Una filosofía de vida que ayuda a vivir y a transformarse pues es psicología y es ciencia, consistente en experimentar las cosas, según indicó la lama Tsondru en la inauguración del centro.

 Su pretensión, según indican, es ayudar a las personas a encontrarse a sí mismas, a quererse; y a entender y querer a los demás. Todas las personas serían en esencia perfectas, pero no lo saben y por ello viven sumergidos en problemas. Y para que lo descubran está el budismo, pretendiendo despertar a ese Buda dormido que todos llevamos dentro y que es el estado de sabiduría, felicidad y de amor total para todos (la lama Tsondru dixit). 

Alguno de los retiros organizados en Fuentes de Valdepero estuvo dedicado a la meditación shiné y chenresig. La primera serviría para cultivar la atención consciente, la paz y la serenidad, aportando lucidez. La segunda serviría para manifestar amor y compasión incondicionales y para proyectar un sentimiento de unión entre las personas. 

Según sus adeptos, la sabiduría primordial es la esencia de Buda. El Budismo es un camino de autoconocimiento, y el que se conoce a sí mismo lo conoce todo.

Así que quien desee conocerlo todo, en Fuentes de Valdepero puede hacerlo. Que en el Cerrato tenemos de todo.