El ingeniero mecánico palentino Eduardo Mellado, actualmente cursando un máster de especialización en la rama industrial, lleva varios días en casa afanado en la tarea de fabricar batas y calzas con destino a familiares y amigos sanitarios. Ayer mismo preparaba para su entrega una nueva remesa y la cifra confeccionada ya supera las 500 unidades de batas y otras tantas calzas de las que no lleva la cuenta. En la labor le apoya Celso, su hermano -que ha hecho más de la mitad junto a su pareja- y para ello utilizan bolsas de basura que, de forma sencilla, se doblan y los pliegues son sellados con una plancha doméstica.

«Todo surgió porque estas personas allegadas me contaron que faltaba, y aún lo sigue haciendo, material de protección individual para protegerse en la lucha contra el Covid-19 y las batas se reciben como agua de mayo», asevera. La idea de realizar un video tutorial para difundir su iniciativa solidaria por redes sociales vino por la falta de un elemento inicialmente clave para realizar el trabajo. «Soy un poco manitas y cuando iba a realizar las batas me quedé sin cinta aislante como adhesivo. Había que tirar de imaginación y eché mano de una plancha doméstica y, al comprobar que quedada bien, decidí explicarlo en un video a petición de mis familiares y también para que otras personas que puedan y quieran colaboren», explica.

Eduardo Mellado, su hermano Celso y otros cinco primos más que aportan el trabajo que pueden, han hecho llegar el material de protección según lo van confeccionando. En la farmacia y en una tienda cercana a su domicilio van dejando las batas y las calzas, donde las recogen trabajadores de un centro de salud cercano y familiares y amigos sanitarios. «En el caso del hospital están servidos y guardan las batas para cuando puedan necesitar más, pero en las residencias de ancianos y algún centro de salud las siguen recibiendo y siguen haciendo falta. Sirven y cumplen la función de evitar salpicaduras. El plástico es recio y las costuras están bien hechas y si hay fisuras se sellan», expone.

Trabajo doméstico pleno de solidaridadtrabajo bien recibido. Cuando ha tenido ocasión de hablar con algún destinatario de su trabajo solidario percibe que todo lo que pueda sumar es bien recibido. «Encima me dan las gracias y les digo que soy yo el que viene a darlas porque los sanitarios se dedican a curarnos y a salvar vidas», apunta Eduardo, que vino desde Gijón donde reside para estar durante el estado de alarma con su padre que vive solo en Palencia. «Es psicólogo y no deja de atender por teléfono tanto  a sus pacientes habituales como a otras personas que han pedido apoyo en distintos foros en este tiempo de confinamiento», señala.

Inquieto donde los haya, este ingeniero palentino quiere lanzar un mensaje a empresas que puedan apoyar en la fabricación de un material de protección elaborado de forma doméstica para los sanitarios que, como ha quedado demostrado, se sigue demandando. «Hay cadenas de supermercados que con una pequeña donación de bolsas de basura pueden ayudar a hacer las batas. El coste no es excesivo, pero se utiliza una bolsa para el cuerpo y dos más para las mangas y todo puede sumar», asevera.