Cruzar el charco

Jesús Hoyos
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Noreida y su familia llegaron a Palencia desde Venezuela en busca de un futuro. Tras pasar por el Plan Empleo de Cruz Roja, su marido, una de sus hijas y ella se han insertado laboralmente

Noreida Graterol (centro) junto a su marido, José Virriel, y la técnico de empleo, Mar Arranz. - Foto: Jesús Hoyos

Con la valentía que requiere dar el salto de un continente a otro y dejar atrás una vida en busca de algo mejor. Así llegaron desde Venezuela poco antes del inicio de la pandemia Noreida Graterol y su familia, no sin antes «trabajar duro» en escalas previas en Colombia y Perú.

La primera parada en España fue Madrid, concretamente el 7 de marzo de 2020, poco antes de la declaración del estado de alarma, un hecho que provocó que sus escasos ahorros se acabaran pronto, tal y como relata Graterol a Diario Palentino. «Nos tocó pedir ayuda en Samur Social, donde nos refirieron al centro de acogida Las Caracolas». Tras pasar por el CEAR(Comité Español de Ayuda al Refugiado) y llegar a Cruz Roja en el municipio de Torrelodones, les enviaron a Palencia. «¿Dónde queda eso?», pensaron.

Recorrer la capital fue una sorpresa y un cambio considerable si se tiene en cuenta que su localidad de origen, Valencia (Venezuela), tiene casi 900.000 habitantes. «Nos sentíamos casi encerrados al venir de un sitio más grande, pero conocimos a buena gente, nos preparamos en cursos y en Cruz Roja nos ayudaron de forma excelente», recuerda Noreida Graterol de sus primeros momentos en la ciudad en septiembre del año pasado.

En su caso, trabajó codo a codo con la técnico de orientación laboral María del Mar Arranz. «Tuve la suerte de trabajar con ella, me ha orientado y guiado en lo referente a formación o currículum. El empleo que tengo es gracias a ella», apunta.

Y es que tras poner todos sus permisos en regla, llegó la oferta de empleo con resultado positivo. Encadenó dos contratos temporales y ahora está indefinida trabajando de cara al público en la pastelería Diego Niño de la capital.

«Los tres nos sentimos muy cómodos aquí y nuestra hija más pequeña, de siete años, ha tenido tan buena adaptación que parece que hubiese sido de aquí toda la vida», comenta Noreida Graterol. Y es que tanto su marido, José Virriel, como su hija mayor, Natalia, también han conseguido trabajo con el Plan Empleo Cruz Roja. «Empecé a trabajar en una empresa de motor el mismo día que mi mujer, pero fue temporal. Tras acabar un curso de soldadura, conseguí empleo en Revotruck, donde continúo y ahora de indefinido», expresa con ilusión Virriel. Su hija afronta, por otro lado, un trabajo temporal en una cadena de supermercados. 

 

Emprender. Noreida y José eran una pareja de empresarios en Venezuela, donde tenían un taller y negocios de comida. «Éramos independientes», recuerdan con nostalgia. Es por eso que su plan de futuro pasa por quedarse en Palencia y emprender.

«Antes de poder montar algo por nuestra cuenta, necesitamos una base, unos cimientos», asegura Virriel, quien se muestra «cien por cien agradecido» y recomendaría al equipo de trabajo de Cruz Roja, «personas muy atentas y trabajadores que ponen corazón a lo que hacen». «Siempre te encuentras cariño y respeto y uno siente que valoran a la persona», concluye.