Termina el juicio contra el acusado de violar a su esposa

Alberto Abascal
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Las acusaciones públicas y particular piden penas para J.F.P.J. que oscilan entre los 24 y los 52 años de prisión, mientras que la defensa solicita su libre absolución

Termina el juicio contra el acusado de violar a su esposa

El tribunal de la Audiencia Provincial dejó ayer visto para sentencia después de tres días de sesiones el juicio seguido contra el vecino de Palencia, J.F.P.J., acusado de hasta nueve delitos cometidos contra su esposa, incluido uno continuado de violación.

El Ministerio Fiscal se mantuvo en sus postulados iniciales y solicitó para él una pena global de 24 años de prisión. El fiscal le imputa concretamente un delito continuado de violación con uso de violencia o intimidación especialmente degradante (15 años de cárcel y otros ocho de libertad vigilada), tres delitos de maltrato (un año por cada uno), un delito continuado contra la integridad moral (dos años), un delito continuado de amenazas leves (1 año), un delito leve contra la integridad moral (localización permanente), un delito de maltrato habitual (2 años) y un delito continuado de coacciones leves (un año). 

La acusación particular ejercida por la víctima eleva dicha petición de penas de prisión hasta los 52 años por los mismos cargos, mientras que la Asociación Clara Campoamor solicita para el procesado un total de 33 años de cárcel.

La defensa del acusado, mientras tanto, ha pedido la libre absolución de su patrocinado al negar todos los cargos que se le imputan. Según sostiene la Fiscalía, el acusado empezó la relación sentimental con la víctima a los 13 años. Tras quedarse embarazada a los 19, con el ánimo de atentar contra la integridad física y psicológica de la esposa, supuestamente «le propinaba de modo constante patadas y empujones, acompañándolos de insultos».

  

CARGOS. La acusación dirigida contra J.F.P.J. también pormenoriza que el procesado impedía a su cónyuge relacionarse con normalidad con los suyos, limitando sus salidas del hogar familiar si no eran en su compañía. 

La mujer accedía a no tener casi contacto con terceros a sabiendas que, si le contravenía, el sujeto «la golpearía o la insultaría». Pero la cosa iba a peor porque la Fiscalía refleja que, de modo constante, en las discusiones le hacía saber que podía quitarle la vida. La Fiscalía, llegado a este punto, recuerda que el calvario que sufría la mujer dentro del matrimonio era incuestionable. 

Así las cosas, recuerda cómo en el verano de 2019 el acusado le agarró a su esposa de la cabeza para golpearla contra la pared, causándole una brecha, si bien no fue al centro médico para su cura, haciéndolo ella misma. 

Tras la agresión, «mantuvo relaciones sexuales completas con la mujer, sin su consentimiento por miedo a ser nuevamente golpeada». Asimismo, la obligaba a vestirse y maquillarse como una prostituta. De hecho, en una ocasión la llevó a un club de alterne contra su voluntad para que viera lo que hacían las mujeres y luego la obligaba a realizar prácticas sexuales que suponían una humillación para ella.

La Fiscalía también relata en su escrito de acusación que el 8 de enero de 2020, sobre las 21,30 horas, la víctima se tuvo que vestir como el acusado quería, concretamente como una prostituta y encima poniéndole buena cara por temor a ser golpeada como ocurría habitualmente.