Recuerdos y descanso

Jesús Hoyos
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Reactivada su afición por el deporte, Raúl Becerril disfruta de los alrededores de la capital. Rememora con gusto épocas pasadas y comparte con 'DP' sus diez lugares favoritos de la provincia

Raúl Becerril en el paseo del Salón, uno de sus lugares favoritos de la capital. - Foto: Juan Mellado

PASIONES Desde hace años le encantan los wargames o juegos de miniaturas en todas sus facetas: modelismo, pintura, juego, literatura… Todos ellos aspectos que se complementan unos con otros y desarrolla en ACUP (@acuphammer en Instagram). En los últimos años ha reactivado su pasión por el deporte y por una alimentación sana, que tuvo olvidados durante años.

 

TRAYECTORIA Entre Venta de Baños y Palencia cursó sus estudios de Turismo y Comercio Internacional. Perteneció a las Fuerzas Armadas durante más de ocho años y las dejó en busca de otros proyectos. En la actualidad, estudia un grado superior de Logística y Transporte y se dedica a atender a sus hijos.

 

1.Venta de Baños y Magaz de Pisuerga. «Todo comienza en estos dos pueblos. En Venta de Baños viví mis primeros 17 años. Cientos de buenos recuerdos me vienen a la cabeza: amigos y amigas que conservo hasta la fecha, el colegio, el instituto, las peñas… Sin olvidar la basílica de San Juan de Baños y sus alrededores. Después viví en Magaz de Pisuerga. Fue una etapa de madurez paulatina. Terminar los estudios, tener los primeros trabajos, sacar el carnet de conducir y abandonar el nido. Y, por supuesto, amistades, muy buenas amistades. Un lugar al que me gusta regresar  de vez en cuando para disfrutar de la libertad de un pueblo auténtico».


2.El Norte. «No soy un gran amante de la montaña, pero guardo de ella recuerdos extraordinarios. De cuando con apenas 10 años íbamos una semana a un albergue, con nuestros profesores, a pueblos como San Salvador de Cantamuda o Salcedillo. Aquella sensación de libertad, de conexión con la naturaleza y de creerte mayor sin serlo era increíble».


3.Estación de Renfe y Los Jardinillos. «Es imposible no pensar en ella. ¿Cuántas aventuras han empezado y terminado en ella? ¿Cuántas bienvenidas y despedidas? Viajes, encuentros y también horas esperando por retrasos, pero los buenos recuerdos son los que permanecen. El parque de los Jardinillos ha perdido tras la remodelación ese encanto de caminos sin salida, canales de agua y sombras que escapaban a las miradas curiosas; aunque su estado en los últimos años hacía sin duda necesaria una reforma».


4.Camino de Santiago. «Recién terminados mis estudios, en verano y con apenas 20 años, me fui en solitario hasta Roncesvalles para hacer el Camino Francés hasta Santiago de Compostela. Lo recuerdo como una de las mejores y más gratificantes experiencias de toda mi vida. Entre las decenas de anécdotas y recuerdos me quedo con una que está relacionada con nuestra tierra. Muchos peregrinos llegaban hasta Burgos y desde allí viajaban en tren o autobús hasta León para continuar, ya que consideraban la Tierra de Campos seca y sin belleza, pero, como buen palentino, yo no podía hacer eso. Y por casualidades de la vida, el azar quiso que desde Logroño hasta Ponferrada mi viaje coincidiese, de vez en cuando y algunos días, con un peregrino holandés, que al no estar acostumbrado a los paisajes castellanos, me hizo ver a través de sus ojos que donde los demás solo veían un secarral amarillo, él veía un océano de cereales donde las espigas ondeaban como las olas del mar».


5.Alrededores de la capital. «Cuando el tiempo acompaña y lo permite me gusta salir a correr o en bici por caminos y carreteras poco transitados de los alrededores de Palencia. Y cuando digo perderme lo digo en el sentido más literal de la palabra: sin mirar el GPS y planificando sólo hasta dónde se quiere llegar. Disfrutar del viaje y sorprenderte con él (pueblos desconocidos, ventas, cruces de caminos, ermitas…), aunque a veces des vueltas en círculos o descubras que un camino termina en el río y acabes llegando a casa más tarde de lo previsto».


6.Cristo del Otero. «Vigilante eterno de nuestra ciudad y de sus alrededores. ¿Quién no ha subido nunca a un amigo o familiar,  o ha presumido de que es uno de los más altos del mundo? Es un lugar tranquilo y sin el ajetreo de otros monumentos  que te permite desconectar».


7.Monte El Viejo. «La Casa Grande, las piscinas, los ciervos, la Casa Pequeña y sus porrones en verano (cuando había). El monte es un lugar perfecto para perderte y caminar a través de sus rutas o dejarte llevar y ver dónde acabas. Era allí donde los domingos de primavera por la mañana iba con la que es mi mujer desde hace 12 años a sentarnos en el mirador y almorzar y charlar tranquilamente cuando apenas nos conocíamos».


8.Calle Mayor y paseo del Salón.  «La calle Mayor, un lugar bonito y cuidado, donde tienes sombra en verano y cobijo en invierno; por donde puedo salir a pasear tranquilamente dejando que los niños corran y jueguen sin miedo, sin coches y sin peligros. Acabando el paseo en El Salón, en una de sus múltiples terrazas o saboreando el mejor helado del mundo en La Gustosa».


9.ACUP. «Uno de mis más recientes descubrimientos. Imagina un lugar con un ambiente juvenil, divertido, donde puedes compartir tu hobby y además ayudar a todos los universitarios de Palencia. Eso es ACUP.  Hace apenas tres o cuatro años que me hice socio y ahora tengo el honor de ser parte de la junta directiva. Es una aventura apasionante donde he conocido a personas que comparten mis gustos y juntos hemos podido realizar proyectos que de otro modo habrían sido impensables».


10.Parque del Sotillo. «Un lugar perfecto para practicar deporte al aire libre, muy ajetreado en verano con fiestas, festivales, piscinas o mercado, pero muy tranquilo el resto del año. Es el lugar perfecto para escapar y desconectar sin salir de la ciudad».