Los retrasos obligan a pedir prórroga para terminar la Edusi

CARLOS H. SANZ
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El desarrollo de la tercera fase del plan de riberas, la instalación de calderas de biomasa en los colegios y el remozado de los centros sociales encaran problemas

Los retrasos obligan a pedir prórroga para terminar la Edusi - Foto: Antía Iglesias

Durante los últimos años, la Estrategia para el Desarrollo Urbano Sostenible Integrado, más conocida por su acrónimo Edusi, ha sido el eje tractor de la mayor parte de la inversión municipal, un sello sobre las más importantes actuaciones que se han llevado a cabo en el pasado y el actual mandato. Este programa europeo, dotado con una inversión global de 20 millones de euros de los que una mitad se financia con cargo a los fondos europeos de desarrollo regional (Feder) y los otros 10 millones por cuenta del Ayuntamiento, tiene fecha de finalización: el 31 de diciembre de 2022.

A algo más de 16 meses para ese día, el equipo de Gobierno de PP y Cs se ve sin tiempo para desarrollar los proyectos que aún tiene pendientes, por lo que ya ha solicitado al Ministerio de Hacienda una ampliación del plazo de ejecución hasta el 31 de diciembre de 2023. Tal y como informó el primer teniente de alcalde y concejal delegado de la Edusi, Alfonso Polanco, «se ha enviado al Ministerio de Hacienda el pasado 13 de julio un plan de acción donde se explican los proyectos pendientes de ejecutar, las causas y las soluciones propuestas para cumplir con el compromiso con Europa». Además, el Consistorio ha solicitado también al Gobierno de España una propuesta para ampliar el plazo de justificación de esas obras hasta marzo de 2024.

PLAN DE RIBERAS. Los proyectos de la Edusi que acumulan un mayor retraso y encaran más problemas son cuatro. En primer lugar está la tercera fase del plan de riberas, es decir, la actuación en los entornos del río de la parte norte de la ciudad, la del barrio de San Antonio, y su conexión con la vía verde del conocido como Tren Burra.

Uno de los retos que se marcó el área de Urbanismo para este mandato fue el de integrar el río Carrión en el casco urbano y convertir sus riberas en un espacio para el ocio y el disfrute de los ciudadanos. Para ello, diseñó el proyecto Palencia Río, un conjunto de actuaciones valoradas en unos 3 millones de euros y pensadas para «actuar sobre las riberas del río Carrión mediante un plan estratégico centrado en dos grandes aspectos: acometer la recuperación y puesta en valor del ecosistema de la ribera fluvial, sobre todo la margen izquierda, limpiando el cauce y adecuando la vegetación existente en el trazado urbano; y, por otra parte, realizar obras e instalaciones necesarias para potenciar su uso social».

Uno de los pilares sobre los que se asienta este proyecto es la recuperación medioambiental e integración social del río sobre la ribera en la zona norte de la ciudad, para lo que se diseñó una primera fase que prolonga el pasillo verde existente a lo largo de la ciudad con una senda peatonal y ciclista que conectará con el camino de San Román y el Segundo Sotillo mediante una pasarela sobre el río. 

En una fase posterior se prevé conectar este pasillo verde con la senda del Tren Secundario de Castilla, más conocido como Tren Burra. Es lo que siempre se ha denominado como tercera fase del plan de riberas.

El coste estimado de la primera fase es de 733.965 euros y el Ayuntamiento pensó desde un principio en financiarlos con fondos Edusi. El problema con el que se ha topado es que, tras la renegociación de los convenios urbanísticos con los propietarios de los terrenos, no se ha llegado a un acuerdo con uno de ellos, por lo que se tiene que proceder a la expropiación antes de sacar a licitación las obras. 

La segunda fase, la conexión del pasillo verde con la antigua senda del Tren Burra, se financiaría con cargo al 1,5% Cultural, por lo que no está afectada por la urgencia del fin de la Edusi.

RED DE CALOR Y PLAN CICLISTA. Otro de los proyectos por los que se pide más tiempo es la implantación de un sistema de calefacción por biomasa en red en edificios municipales. El denominado District Heating parte de un modelo de ciudad baja en carbono, en la que se tomen medidas que disminuyan las emisiones de gases de efecto invernadero. 

La propuesta municipal, que conlleva una inversión de 839.000 euros y en la que todavía está trabajando la concejalía de Medio Ambiente, consiste en sustituir las calderas de gasóleo C y gas natural de los colegios de educación infantil y primaria, así como de otros edificios municipales, por calderas de biomasa. Con ello se conseguirá un ahorro neto en los centros de un 53% de CO2 y que pasen de categoría energética E o F a A.

En el área de movilidad, aún falta por llevar a cabo una parte del Plan Ciclista. Hasta ahora, el equipo de Gobierno ha sacado adelante la adquisición de 300 nuevos aparcabicicletas que se están instalando ya en centros educativos, edificios administrativos, complejos deportivos y otros puntos estratégicos de la ciudad; la señalización horizontal de itinerarios ciclables en más de 70 calles de la ciudad; y el suministro e instalación de cuatro aparcamientos automáticos vigilados de bicicletas.

Sin embargo, el Ayuntamiento tiene pendiente una parte importante del plan, la conexión de los carriles-bici de la ciudad, con una inversión para el próximo año de 427.397,14 euros más lo que quede pendiente de los 500.000 previstos para el presente ejercicio.

CENTROS SOCIALES. Y, por último, los planes del Ayuntamiento de aprovechar los fondos europeos de la Estrategia para el Desarrollo Urbano Sostenible Integrado para poner en forma los 19 centros sociales que posee a lo largo y ancho de la ciudad con una inversión de 1.735.000 euros aproximadamente, se han dado de bruces con una mala noticia: ninguna empresa se ha interesado por ellos.

El más importante por cuantía sigue siendo, puesto que el Consistorio no ha renunciado a llevarlo a cabo, un programa de arreglo y modernización para todos los centros municipales con el objetivo de poner al día sus instalaciones. Un total de 900.000 euros que se irán a cuestiones comunes a todos, como la conexión a una red wifi y la mejora de la señalización o la identidad, pero también a acabar con los problemas que arrastran estos inmuebles municipales como son las humedades, la falta de accesibilidad o la nula eficiencia energética. El segundo proyecto supone una inversión de 836.000 euros para la reforma y ampliación del CEAS de Miguel de Unamuno con un ambicioso lavado de cara de sus 1.274,48 metros cuadrados, además de la construcción de uno nuevo.

Los concursos públicos para la adjudicación de estos dos contratos, con un plazo de ejecución máximo de 18 meses cada uno, han quedado desiertos, por lo que el Ayuntamiento está pensando en despiezarlos en lotes más pequeños y ajustar los precios para que opten los licitadores de Palencia.