Homenaje a dos amigos trabajadores en Alemania

DP
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Gonzalo Trigueros reúne a su paisano Gregorio Guerra, natural de Autilla, poco antes de fallecer, con Sinesio Vega, de Pino del Río · Llevaban más de medio siglo sin verse tras convivir en el país germano

Homenaje a dos amigos trabajadores en Alemania

«Esta historia comenzó una mañana, con varias llamadas telefónicas realizadas al azar a diferentes habitantes de Autilla del Pino. El objetivo  era preguntar por un hombre llamado Goyo que había trabajado en Alemania. Quería saber de él un antiguo compañero llamado Sinesio. Ambos habían coincidido y compartido techo en esa parte de su vida», resume Gonzalo Trigueros, vecino de la localidad terrecampina.

La hija de Sinesio, Mari Carmen, tras varios contactos sin suerte, hizo un último intento. «El azar quiso que esa última llamada la realizara a nuestra casa y fue mi mujer la que descolgó el teléfono. Cuando regresé del trabajo llamé para informar de que Goyo ya no vivía en Autilla y que estaba en Palencia en una residencia. Asi que pasé a Mari Carmen el número de teléfono de la hija de Goyo para que pudieran ponerse en contacto», agrega.

Finalmente, tal y como relata con emoción Gonzalo Trigueros, los dos viejos amigos -Gregorio Guerra Tristán, natural de Autilla y Sinesio Vega Gutiérrez, de Pino del Río- pudieron verse después de mucho tiempo, ya que habían compartido fatigas y penurias en los años 50 en Alemania. «Fue el 20 de marzo de 2019 y esa visita a la residencia se convirtió realmente en una despedida. Gregorio falleció cuatro días después al estar muy enfermo», concreta el vecino de Autilla que ayudó a materializar el reencuentro.

Homenaje a dos amigos trabajadores en AlemaniaHomenaje a dos amigos trabajadores en AlemaniaRelatando esta historia Gonzalo Trigueros pretende que quien reciba una llamada de algún desconocido preguntando por alguien de su localidad escuche primero y no cuelgue «Es posible que podáis ayudar y el agradecimiento será enorme. Nosotros por nuestra parte no olvidaremos la tremenda satisfacción por contribuir al reencuentro de a dos viejos amigos, más cuando uno de ellos estaba próximo a dar el paso a la otra vida», explica.

Asimismo, indica que la acción humanitaria le inspiró para tallar y donar una pila de agua bendita -utilizando piedra del páramo- a la iglesia de  Pino del Río. «El trabajo lo llevé a cabo durante el confinamiento de la Covid-19. La pila fue realizada en honor de haber podido reencontrar a estos dos viejos amigos que hicieron su amistad en Alemania, lejos de sus pueblos», concluye.