El Palencia Cristo Atlético puso fin a su sequía goleadora y, por lo tanto, a su sequía de triunfos, derrotando a uno de los claros candidatos al ascenso, el poderoso Zamora, que decepcionó, por otro lado, en su visita a La Balastera.  

Bien por la buena disposición del cuadro morado, bien por el pobre juego exhibido por los rojiblancos, uno de los equipos en teoría más poderosos de la categoría fue superado en muchos tramos del encuentro por el conjunto dirigido en esta ocasión por Mario Prieto, curiosamente zamorano, debido al segundo y último partido de sanción al titular, Chuchi Jorques. El cuadro técnico tenía preparada una sorpresa a su rival. Su habitual 4-3-3 pasó a un 3-5-2. Con Guille bajo palos, Mingotes, Abel e Israel jugaban como centrales. Montes y Mario (especialmente este último) lo hacían como carrileros largos. Conejo, Raúl y Diego lo hacían en la medular, con Ayllón y Castro en la punta.

Poco a poco, con un cuadro local muy intenso, el Palencia Cristo Atlético empezó a hacerse dueño del partido, entrando bien por ambas bandas, pero sin poder concretar en remates, aunque sí en varias opciones de peligro. Se veía a un equipo local más vertical, más rápido en sus acciones, recuperando pronto y fácil el balón. Esa seña de identidad, cierto es, no se ha perdido.

Sin embargo, pese a esa electricidad que faltó en otros partidos anteriores, el marcador seguía siendo el habitual, el 0-0 de cada día. El Zamora apenas inquietaba el marco de Guille. Lo más destacable en el cuadro zamorano era la vuelta a casa de Silva, ahora con los colores rojiblancos.

La segunda parte seguía con los mismos derroteros, mayor control local, llegadas al área visitante, pero sin mucha pólvora. Del Zamora poco se sabía, algo impropio de un equipo que aspira a todo en esta liga.

En el minuto 71, el cuadro técnico decidía cambiar el dibujo táctico, pasando a cuatro defensas, colocando a Rafa pegado a la banda izquierda. Segundos después llegaba el tanto del triunfo. Sin restar méritos a ese giro del guion táctico, no dio tiempo para estructurarse. Fue tras una brillante acción personal de un motivado Diego. Se fue de todo el que le salía al paso y marcaba de un gran zurdazo (su pierna mala) desde fuera del área.

A partir de ese 1-0, con más corazón que cabeza, sí apareció el Zamora, coincidiendo con el cansancio de los locales y el temor que siempre da perder el tesoro adquirido, echándose de forma instintiva atrás. Llegaron un par de llegas muy peligrosas visitantes y en cada acción a balón parado sufría y mucho el cuadro local.Para mayor suspense, el colegiado añadía seis minutos, de temor y de frío.

Otro triunfo, como sucedió ante el Valladolid B, ante uno de los gallos de la competición. Tres puntos que deben servir para adquirir confianza y jugar con más soltura. Es difícil, porque la liga está tan apretada y el sistema de competición es tan singular que ahora mismo, el Palencia Cristo Atlético está en la zona media de la tabla, pero a dos puntos de los puestos de play-off de ascenso y a dos del play-out de permanencia. Una mala racha te mete abajo, una buena te coloca arriba.

Acaba, de esta forma, la primera vuelta, para dar comienzo inmediatamente la segunda, en este mismo escenario, el próximo domingo, ante el Guijuelo. Los salmantinos son la revelación de la categoría, tras lograr el ascenso. Un partido especial para el propio técnico morado, exjugador y extécnico del Guijuelo, y para Diego, que se formó en su cantera. El Palencia Cristo Atlético ya podrá contar con su última y posiblemente única incorporación en el mercado invernal, Adri Pérez, que no pudo tramitar su ficha por un problema burocrático difícil de comprender.