Derriban una estatua erigida por Victorio Macho en Popayán

J.B.Iglesias-agencias
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Varios indígenas acaban en la ciudad colombiana con la figura del conquistador español Sebastián de Belalcázar por considerarle un genocida · La escultura cuenta con dos réplicas en la capital y en Toledo

Derriban una estatua erigida por Victorio Macho en Popayán

Como si de un maleficio se tratase, la obra del prolífico escultor palentino Victorio Macho sigue sufriendo quebrantos. Al robo de 27 piezas en 2016 -luego recuperadas salvo una cuando viajaban a una exposición del Instituto Cervantes de Roma en el 50 aniversario del fallecimiento del artista- ahora se suma el derribo de una estatua ecuestre del conquistador español Sebastián de Belalcázar erigida en 1939, en Popayán (Colombia). Otra vicisitud más a añadir al hecho de que una parte de su legado sigue abandonado y sin exhibirse en un museo nacional de Lima (Perú) en el que trabajo de 1939 a 1952.

La pasada semana índígenas de la comunidad Misak acabaron con la estatua del conquistador cordobés. «Se trata de un genocida que masacró a los pueblos que conquistó. Mi respeto a los Misak que reivindican sus muertos. Al suelo un símbolo de 500 años de esclavitud», afirmó la presidenta del Movimiento Alternativo Indígena y Social (Mais), Martha Peralta, en Twitter. Para derribar la obra de Victorio Macho, un grupo de indígenas que protestaban contra la violencia en la región ataron cuerdas a la escultura ecuestre, erigida en el Morro de Tulcán, el principal sitio arqueológico de Popayán. Sebastián de Belalcázar, nacido en Córdoba (España, fundó Quitó (Ecuador)  el 6 de diciembre de 1534,  y las localidades colombianas de Cali, Popayán y Belalcázar.

Lo ocurrido en Popayán recuerda a lo que sucedió los últimos meses en EEUU, donde, tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, se multiplicaron los ataques a monumentos de líderes de la Confederación, padres fundadores y de exploradores vinculados a la colonización española de América, percibidos como símbolos del racismo por los manifestantes estadounidenses.

reacciones. El alcalde de Popayán, Juan Carlos López, condenó el ataque. «Defendemos la protesta social y es legítima y tenemos derecho a ello, pero lo que repudiamos es la violencia», según recoge el diario colombiano El Tiempo.

También, la Academia Colombiana de Historia lamentó el derribo de la estatua aunque «simpatiza» con el sentimiento de exclusión de la comunidad Misak «ante la interpretación unívoca de la historia». «La esbelta estatua del escultor español Victorio Macho sobre el santuario indígena de Tulcán representa un testimonio de los tiempos y así hay que aceptarlo», destacó en un comunicado.

De la estatua ecuestre de Sebastián de Belalcázar hay dos copias, una en el acceso principal al Ayuntamiento de Palencia, y otra en la Casa-Museo que gestiona la Real Fundación de Toledo.Una colina de Cali (Colombia) acoge otra estatua del conquistador cordobés, también ejecutada por  Victorio Macho.