Aurelio Martín

LA COLUMNA

Aurelio Martín

Periodista


Más bronca

25/10/2021

Han tenido que pasar dos años de bronca entre los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, con la ayuda inestimable de quien se sitúa en lados más radicales, para que ambos hayan demostrado en sus sendos congresos o conferencias nacionales su intención de aproximarse al centro, comenzando por tratar de reducir la tensión, posición mayoritaria de los ciudadanos, que aplaudirían, sea hacia la socialdemocracia o a la derecha moderada. 
Desgraciadamente, no solo no se ha demostrado un consenso para afrontar los momentos más difíciles de la pandemia, sino que tampoco ha habido el más mínimo acercamiento en temas que siempre han sido intocables, como la política exterior o la lucha contra el terrorismo, por no hablar de la renovación de órganos constitucionales, inicialmente con un principio de acuerdo, con la excepción del poder judicial, aunque los nombres que se han facilitado pongan de relieve que se mantiene cierta politización de los órganos judiciales. 
El décimo aniversario del final de los actos terroristas en España, que ha conllevado cierta normalidad, aún incompleta, aunque con ausencia de atentados, ha agudizado de nuevo el enfrentamiento político por coincidir con el inicio de la semana del debate presupuestario y el cruce por medio del dirigente de Bildu, Arnaldo Otegui, que se ha quedado en lamentar el «sufrimiento innecesario» de las víctimas pero no ha condenado enérgicamente las acciones llevadas a cabo por la organización terrorista. Es más, reclama la salida de la cárcel de 200 condenados por su actividad delictiva de muertes, secuestros y extorsiones, dando a entender que aprobará las Cuentas de 2021, a cambio, aunque haya corregido parcialmente sus palabras y sus próximos anuncien la intención de dejar de rendir homenajes a los etarras que salen de prisión. 
Con demasiado ruido por parte de algunos medios, la fecha del aniversario debería servir para continuar avanzando en la construcción de la concordia, ahora incompleta, porque sigue habiendo cientos de vascos que, por no entrar en enfrentamiento con sus familiares o amigos, prefieren callar y no hablar de lo que ocurrió, sigue siendo un tema tabú, aún después de una década, hay heridas que aún no se han cerrado y solo el tiempo lo podrá conseguir. Con el respeto y consideración que merecen todas las víctimas y sus familiares, desde su incipiente inicio, que estuvo a punto de llevarla al traste, y con el apoyo debido a las necesidades que puedan plantear éstas, porque cuentan con la solidaridad de la mayoría, estos 10 años deberían ser de celebración de un avance para la convivencia pacífica. Ya se preveía tormenta con rayos y truenos en la negociación presupuestaria, aunque no tanto entre los partidos que gobiernan. Hay que recordar que entre grupos de parlamentarios elegidos democráticamente caben muchas posibilidades con la aritmética, quizá habría que sondearlas para evitar ciertos desequilibrios entre territorios, aunque no a cualquier precio. Pero parece que vamos a continuar en una legislatura en la que no se va a instalar la sensatez, lo que inevitablemente seguirá dando alas a los más populistas.