Editorial

Con los trastornos de la alimentación

DP
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Hay que luchar para reducir ese diez por ciento que no logra recuperarse

Los más conocidos son la anorexia y la bulimia, aunque existen otros, y son tan graves y tan importante su correcto abordaje multidisciplinar  que nadie debería permitirse el lujo de quedarse indiferente, pensando que se arreglarán por sí solos, y mucho menos de bromear o de quitarle hierro, achacándolo a las inseguridades propias de la adolescencia. Porque ni son específicos y exclusivos de esa edad, ni tienen una fácil resolución sin ayuda de los expertos, ni obedecen únicamente a la preocupación por el aspecto físico. En la provincia de Palencia están contabilizados en estos momentos más de trescientos ochenta casos activos, de los que el 84 por ciento son mujeres en su inmensa mayoría mayores de edad. No vale, pues, achacar esos trastornos alimentarios solo al deseo de verse delgados o al descontento con el propio cuerpo, unidos habitualmente a la edad adolescente en que  la persona necesita la aceptación del grupo y es más influenciable por los modelos sociales.

 Y lo peor, con ser malo, no es esa percepción, muchas veces errónea, que conduce a excesos y que puede desembocar finalmente en la muerte, derivada de la mirada propia a la imagen que devuelve el espejo, sino la proliferación de sitios web en los que se anima a los jóvenes a copiar físicos imposibles como el de algunos modelos, actores, cantantes o influencers y se les da pautas para lograrlo. La salud en estos casos no importa lo más mínimo, lo único que mueve al sujeto es ese canon perfecto al que aspira y por el que será capaz de hacer lo que haga falta, desde evitar la ingesta de alimentos hasta provocarse el vómito o hincharse a laxantes. ¿Cómo convencerle de que sufre un trastorno, de que no existen cuerpos ideales y de que lo saludable siempre está reñido con los excesos? ¿Cómo reconducir conductas para evitar que progresen el daño físico y psicológico?

Es preciso acudir al psiquiatra o, cuando menos, a espacios donde se aborda la salud mental con una perspectiva multidisciplinar. Deben valorar los síntomas, abarcar todas las causas, llevar a cabo una terapia psicológica con apoyo farmacológico si es necesario y, si  los consejos, la vigilancia y el fomento de la dieta saludable no han dado resultado, proceder al ingreso hospitalario. Los datos que maneja el servicio de Psiquiatría palentino revelan que el 65 por ciento se recupera totalmente, el 25 por ciento parcialmente y un diez por ciento no lo consigue. Lo que toca, pues, es pelear para que se reduzca ese último porcentaje, para que el trastorno sea cogido y abordado a tiempo y para que la imagen y los arquetipos en la publicidad, la moda, el cine y las redes sociales sean más acordes con la realidad. El pasado año se detectaron en Palencia 51 nuevos casos, más del doble que en 2020 porque la pandemia mantuvo mucho tiempo encerrada a la gente y demasiado atenta a imágenes más propias de la fantasía.