José María Ruiz Ortega

Estampas rurales

José María Ruiz Ortega


Los abonales

24/09/2022

Este vocablo es un vulgarismo utilizado en la agricultura tradicional de la segunda mitad del pasado siglo para denominar el emplazamiento donde se depositaban estercoleros o muladares durante el año. Eran espacios fuera del entorno rural, para evitar malos olores al vecindario y cualquier aire corrupto o pestilente que emanan estas materias en descomposición. Pero, al mismo tiempo, estaban cercanos al núcleo urbano y con buen acceso durante el invierno, para poder transportar y evacuar el estiércol de cuadras, tenadas y vaquerías, cuando no se podía acceder a las tierras de labrantío por las adversas condiciones meteorológicas. Incluso la palabra, abonales, se encuentra como topónimo en algunos lugares.
Antes de llegar con regularidad los abonos químicos a la agricultura, el estiércol era muy valorado. Incluso hoy día se asegura como el mejor abono para los campos. Destaca por el elevado contenido en nitrógeno y materia orgánica, ayudando a restaurar los niveles de nutrientes en los suelos agrícolas. La práctica para formar un buen muladar, estercolero o vulgarmente 'abonal' está sujeta a todo un proceso de apilado, apisonado y tapado con abundante tierra, con el objeto de producir una materia que una vez fermentada adquiera una rica flora microbiana. Ya desde el verano se guarda la paja trillada de los cereales para, durante todo el año, mezclar con excrementos y boñigas de los animales, que sirven de cama.
Antes, estos estercoleros, abonales o muladares se instalaban buscando terrenos arcillosos, para evitar pérdidas de humedad y calidad del abono.  Hoy, los estercoleros, están regulados por medidas medioambientales,  separados del núcleo urbano, lejos de cualquier río, arroyo o cualquier acuífero y dentro de espacios aislados en la granja o en depósitos estancos para evitar escorrentías. Tanto el estiércol líquido de purines, como el sólido, se aplican por medio de remolques esparcidores, cisternas o cubas para incorporar al terreno previsto antes de la siembra. Hay un dicho antiguo que valora este abonado en los sembrados: el tonto del pueblo dice papa si se mueren todos, el abono para nosotros.  

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