Las excavaciones en La Loma se centran en calzada y defensa

Rubén Abad
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La crudeza del combate propició que los restos arqueológicos quedaran sepultados bajo los escombros, llegando así hasta el siglo XXI. El equipo ha excavado en unos 20 metros de camino

Las excavaciones en La Loma se centran en calzada y defensa

Un equipo compuesto por una decena de investigadores liderados por los doctores Kechu Torres y Santiago Domínguez pone fin a dos semanas «muy intensas» en el castro cántabro de La Loma, en Santibáñez de la Peña. Quince días para continuar las excavaciones arqueológicas en torno a la calzada de acceso a la ciudad fortificada, la muralla que la protegía y el sistema defensivo del poblado prerromano.

Gracias a los trabajo de campo realizados durante este y los veranos anteriores, los investigadores  han encontrado evidencias que demuestran que el castro tenía una defensa «brutal», pero no infalible. «El ejército romano supo detectar sus puntos débiles. Acertaron, porque lo conquistaron, lo destruyeron y lo ocuparon», desgranó Domínguez.

Según los datos que maneja el equipo de arqueólogos, las excavaciones de este año se han producido en una zona habitada de la ciudad. Ahora el resto es saber si se han conservado estructuras suficientes en la puerta de acceso, pues el grado de arrasamiento de las tropas romanas fue «bestial». 

«No era una simple puerta, sino un sistema de defensa muy complejo provisto calzada, torres a ambos lados y una zona de embotellamiento a modo de trampa. Una estructura defensiva muy compleja» explica el equipo. 
Asimismo, Torres destaca el nivel de conservación de la calzada, de unos 20 metros. ¿El motivo? La crudeza del combate propició que los restos arqueológicos quedaron sepultados bajo los escombros, llegando así hasta el siglo XXI.