Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Ruinas

08/04/2022

Ni siquiera la vergüenza del momento impulsó la gestión obligada. Veinticinco años después el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, el leonés Suárez Quiñones, ha logrado poner la primera piedra, la más difícil, el canto del siempre proceloso camino administrativo, para dar solución a un problema que sonrojaba y sobre el que tantos han mirado para otro lado por incapacidad, cuando no por intereses personales.

En el año 1997 la Unesco declaraba Patrimonio de la Humanidad el paraje de Las Médulas, los restos de la mayor mina de oro del Imperio Romano, en la comarca del Bierzo. Uno de sus administradores, Plinio el Viejo, dejó escrito la riqueza del yacimiento al afirmar que "menos temerario es buscar perlas y púrpura en el fondo del mar que sacar oro de estas tierras". El procedimiento y consistía en remover la tierra (700 millones de toneladas) con una red de canales de agua (no menos de 300 kilómetros). El rendimiento superó los 230.000 kilos de oro.

Dos años después de aquella fecha histórica para Castilla y León la Reina Sofía visitó el paraje y desde el alto de Orellán preguntó por un accidente del terreno, muy visible y extraño. Alguien fue obligado contestar que se trataba de una cantera de áridos, 38 hectáreas, que seguía en explotación con el beneplácito de todas las administraciones y sin la menor exigencia de su restauración. Alguien pensó en aquel momento en una respuesta socarrona. "Majestad -podría haber dicho- espere dos mil años y también eso será declarado Patrimonio de la Humanidad. Todo es cuestión de tiempo y perspectiva". Pero el momento no parecía propicio para frivolidades. La cantera era de un empresario muy conocido por sus prácticas mafiosas, como acabarían sentenciando los jueces.

Pues bien, 25 años después Suárez Quiñones acaba de anunciar que la Junta tomará cartas en el asunto y que invertirá inicialmente un millón de euros en reparar el paisaje. No es el último caso de esquilmación de los recursos naturales y de incumplimientos por parte de las empresas mineras, pero ante la permisividad del pasado es de valorar muy positivamente que alguien intente poner soluciones en el presente.