Un cuarto de siglo en pos de un artista

DP
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La Fundación Díaz-Caneja, que nació para la conservación, exhibición, divulgación y documentación de la obra del pintor, cumple en el mes de junio 25 años

Un cuarto de siglo en pos de un artista - Foto: Eva Garrido

El 24 de junio de 1995, coincidiendo con el séptimo aniversario de su muerte, se inauguró la Fundación Díaz-Caneja. Culminaba así un proceso iniciado en febrero de 1990, cuando el entonces alcalde, Antonio Encinas, encargó un estudio sobre la viabilidad de  instalar en la casa de cultura un museo de arte contemporáneo dedicado al pintor y albergar la obra donada por él  y su viuda a la ciudad. Este año, pues, se cumple el 25 aniversario de la puesta en marcha  de este espacio cultural, una celebración no ajena a una crisis sanitaria sin precedentes que marcará  el calendario conmemorativo. Por de pronto, la reunión en la que se iba a tratar la programación de la efeméride se aplazó un par de días antes de decretarse el estado de alarma.

Las obras se adjudicaron a finales de 1993 a la empresa Cubiertas y MZOV, que las ejecutó en 16 meses. La actuación supuso la completa remodelación y ampliación de la casa de cultura. La adaptación implicó cambiar su uso y en parte su imagen; así, se reordenaron los espacios interiores para organizar dos salas de exposiciones, una permanente de la obra de Díaz-Caneja y otra de temporales dado el carácter de museo de arte contemporáneo. En la planta primera se adaptó el salón de actos existente, que vio reducida su capacidad a 160 plazas.

reorganización. En noviembre de 2018 Fundación Díaz-Caneja presentó la nueva exposición permanente, en la que «se ha procurado que cualquier visitante en un máximo de una hora puede alcanzar un conocimiento aceptable de la vida y la obra de un artista esencial, un clásico», explicó Rafael del Valle. Este dio a conocer, en calidad de secretario de la fundación, que la musealización de 61 de las 119 obras que conforman la colección se rigió «por miras de aspecto divulgativo», con un planteamiento por capítulos destacados de la obra de Caneja y estructurado en una serie de itinerarios internos que engarzan una especie de capillitas -espacios-, manteniendo siempre el desarrollo cronológico de la obra y destacando los aspectos más representativos.

A lo largo del recorrido, el visitante encontrará una serie de cartelas compuestas por una numeración y un título, correspondientes a cada uno de los once capítulos en que se estructura (Caneja. Primeros pasos de un pintor del siglo XX, La búsqueda del camino a seguir, Los bodegones de Caneja, La presencia humana en la obra de Caneja y La figura femenina, entre ellos) y un código QR. Con el escaneo de este, se podrá acceder a un «escueto relato» sobre lo expuesto en cada espacio. Como también explicó Rafael del Valle, se han dispuesto vitrinas que muestran documentos y fotografías sobre personas o hechos que tuvieron que ver en la vida y obra del artista y en grandes paneles murales se describe la mayoría de acontecimientos importantes de la trayectoria vital y artística del pintor. Asimismo, se han incluido pensamientos: «...Se equivocó Unamuno, se equivocó Baroja. Eso de la austeridad, de la dureza, etc, es pura literatura».

 Además, antes de acceder a la sala y al lado de la vitrina donde se exponen los premios obtenidos por Díaz-Caneja, se proyecta un documental de unos 20 minutos. La reorganización llegó9 más de 20 años después de la distribución inicial y las instituciones demostraron su interés por mantener y mejorar este centro cultural.