OPINIÓN: El día 28 de mayo llega una cita muy importante para el campo: las elecciones municipales. En estas elecciones, los votos emitidos decidirán quiénes serán los concejales y los vocales para cada municipio o junta vecinal, respectivamente. A su vez, los concejales y los vocales elegirán quién ostentará los cargos de alcalde y alcalde pedáneo. En estas elecciones nos jugamos mucho. Cada entidad local actúa como actúan las personas que tienen el mando y, si queremos que se respete al campo, quienes formamos parte de él tenemos que mojarnos, tenemos que dar la cara y presentarnos a los cargos de los lugares donde vivimos.
Lógicamente, se presupone que todas las entidades públicas cumplen con la ley. Faltaría más. Pero siempre hay un margen de acción donde la balanza puede decantarse apoyando al sector agropecuario o en su contra. Y de nosotros depende que esa balanza se incline a nuestro favor. Es común oír comentarios en contra de algunas actuaciones municipales. El caso es que, aun en localidades vecinas, hay asuntos que en unas funcionan de una manera y en otras, de forma muy distinta. Si queremos arreglar lo que más nos afecta, debemos ponernos en primera fila, en lugar de estar cuatro años     quejándonos. 
Los agricultores y los ganaderos somos quienes mantenemos la vida en muchos pueblos pequeños, así que no podemos permitir que un findesemanista, o un hijo del pueblo que durante décadas vivió fuera (y ahora se cree el salvador del mundo), sea quien gobierne nuestros designios. No nos quejemos después si se denuncia el ruido del ralentí de un tractor o el canto de un gallo. Bien está que venga gente al pueblo en vacaciones o en fines de semana, pero deben comprender y respetar a quienes vivimos a diario, a quienes tenemos una actividad  económica. Si no queremos que nos echen del pueblo, impliquémonos. 
Los partidos políticos ya están formando sus candidaturas y el sector agropecuario ha de estar en ellas. Da igual la tendencia ideológica: que vaya cada uno con la sigla con la que se identifique más. Estas elecciones poseen una característica diferencial con las de ámbitos más grandes: se vota más a la persona que al partido; el votante no mira tanto (incluso le da igual) si el candidato es de derechas o de izquierdas, de arriba o de abajo, eso apenas le importa para su decisión. 
Últimamente se está legislando en todos los ámbitos contra el sector agropecuario. Los agricultores y los ganaderos no podemos dejar que ocurra. Debemos ir todos a una, porque todos somos uno: la mayoría de la producción agrícola de Palencia se destina a la alimentación animal, así que el futuro de la ganadería está ligado al de la agricultura, y viceversa. No vale apartarse y que otros nos resuelvan los problemas. 
En suma, presentémonos a las elecciones, formemos parte de las corporaciones locales y paremos, desde la base, los golpes de los antiagro. Y aquellos que empiecen por el poder municipal y vayan haciendo carrera política, no traicionen al sector: acuérdense de los compañeros que les apoyaron en su momento, recuerden sus orígenes y sigan defendiendo con fidelidad al sector agropecuario. Los necesitamos para que haya cordura en este país.