Otra liga

Alberto Moreno
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Olvidado el sueño de luchar por el play-off, el Palencia Cristo Atlético se centra en su objetivo de la permanencia

Otra liga - Foto: Juan Mellado

El pasado domingo, elPalencia Cristo Atlético se medía a un rival directo por el play-off, el Bergantiños, que ocupaba la quinta plaza, la última que da derecho a jugar esa fase. Hoy vuelve a enfrentarse, en este caso a domicilio, ante otro rival directo, pero en este caso por la salvación, el Arosa.Los gallegos son décimo cuartos, la primera de las cinco posiciones del infierno del descenso, y están a tres puntos de los morados.

¿Cómo es posible que se luche por el cielo y una semana después por evitar el infierno? La explicación es que esta categoría de la Segunda RFEF está hecha con los pies. Bien está que se premie al primero con el ascenso directo y los cuatro siguientes  con la fase de ascenso (aunque hay muchas críticas por lo de la sede única), pero no es lógico que haya cinco descensos y hasta otro de promoción en un grupo de 18 equipos.

ElPalencia Cristo Atlético ha pasado de luchar por el ascenso a hacerlo por la permanencia en 90 minutos. Más bien en 30, los últimos lamentables ante el Bergantiños, en los que recibió un 0-4. Incluso, rizando el rizo, en un minuto, el que fue del posible 4-1 y la sentencia tras una doble ocasión al 3-2 en la siguiente jugada por un penalti innecesario.

realidad. Pero la realidad es la que hay. El play-off es una utopía, por mucho que siga estando a cinco puntos (ahora con el Compostela como referencia). Hay que centrarse en la salvación, que al fin y al cabo era y es el objetivo desde el comienzo de la temporada. Es otra liga, su liga. A nueve partidos.

La expedición morada partió a las 14,30 horas de ayer hacia Arosa. Lo hizo con las ausencias  de Morante (sanción), Vivito y Raúl (que siguen con sus problemas físicos) y las de última hora de Josua (con dolencias en el abductor) e Íker (con fiebre tras la vacuna covid). Ha sido convocado el jugador del filial, Manu.

Rubén Gala, técnico morado, valora muy positivamente la actitud de sus jugadores durante esta semana complicada, tras el varapalo ante el Bergantiños. Especialmente esa comida conjunta que significó una conjura cara al resto de la liga. «Estuvo bien. Yo fui jugador y, como a todos, nos costaba reconocer los errores. En este caso, no. Los han asumido, y ha habido un espíritu de autocrítica. He visto muy bien a la plantilla durante toda esta semana, animados, unidos. Ahora nos toca apretar. Lo bonito ilusiona, pero ahora llega lo peligroso y hay que apretar. El de Arosa es el partido más complicado que hemos tenido, por venir de ese duro palo. Es ahora cuando debemos demostrar nuestra personalidad y saber levantarse tras un momento difícil», señala el técnico, que también señala una típica frase futbolera. «Ni antes éramos tan buenos, ni ahora tan malos. No puede ser que por tener media hora mala durante un año se nos quiera hundir. Más bien por un minuto, del posible 4-1 al 3-2 en la jugada siguiente».

Sobre al Arosa señala que es un equipo «de buen trato de balón, que no nos va a dar facilidades».