«No tiene nada que ver ser presentador con hacer monólogos»

Ismael Martín
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Conocido por sus papeles en televisión, radio y cine, su gran sentido del humor siempre ha estado presente en sus trabajos. Desde su debut hace 12 años, ha realizado diversas actuaciones por España con protagonismo de los temas del día a día

«No tiene nada que ver ser presentador con hacer monólogos»

Desde muy joven, Luis Larrodera (Zaragoza, 1973) tuvo claro que su vocación era la comunicación y la interpretación. Con  mucho esfuerzo e iniciativa, ha logrado un exitoso currículum, desempeñando diferentes funciones en televisión, radio, cine y teatro. Pero, en esta ocasión, toca hablar de su faceta cómica, rasgo definitorio que acompaña en todo momento a Larrodera, quien considera que en el escenario es un mix de actor y monologuista. 

Tras dejar recientemente el programa Atrévete de Cadena Dial, se centra ahora en su gira de monólogos con los que se encuentra muy cómodo y es feliz. La gira en la que se encuentra inmerso le lleva hoy, a las 22 horas, al espacio OMY de la capital palentina con un prometedor espectáculo que seguro hará disfrutar a todo el público presente. 

 

¿Por qué decidió dedicarse al mundo del humor?

Es un género en el que me encuentro muy cómodo y soy muy feliz. Para mí, sin humor faltaría algo en la vida. Además, tener la posibilidad de subir a un escenario y hacer reír a los demás, de hacerles más felices en el momento en el que te están viendo, es un regalo enorme.   

 

¿Cómo empezó en el humor?

Mi debut como monologuista fue hace 12 años, pero antes ya había escrito sketches y situaciones de humor. En el escenario tenía experiencia como presentador, pero no tiene nada que ver con subir a hacer reír como monologuista. Tuve muy claro que iba a ser poco a poco, con pasos pequeños pero firmes, hasta llegar a tener un show propio con el que poder moverme por España. Este verano vuelvo otra vez a los escenarios después de no haberlo hecho durante los años en Atrévete.

¿Cómo llegaron las oportunidades?

Me las busqué yo. Empecé en locales de comedia pequeños. Les pedí a programadores y compañeros la oportunidad de subir con ellos al escenario para ir cogiendo esa experiencia. Tuve suerte de tener compañeros muy generosos, a los que no les importó que estuviera en ese show. Al principio fueron presentaciones de unos minutos, luego eran actuaciones compartidas y, finalmente, actuación individual. Luego, he estado también en La Chocita del Loro en Gran Vía de Madrid y en Las Noches del Club de la Comedia. 

 

¿Se pone límites a la hora de hacer los monólogos?

El humor que me gusta y el único que sé hacer es un humor blanco. En realidad no es que me ponga límites. 

 

¿En qué se suele inspirar a la hora de hacer los monólogos? 

Un poco lo que se ve, lo que es actualidad. El día a día de la vida cotidiana y que la gente pueda verse identificada con lo que le estás contando. Que lo reconozca. El tema de la covid también lo trato en ocasiones, pues no se puede ignorar lo que ha pasado, pero no es un tema protagonista en mi espectáculo.

 

Importante que se haya recuperado la normalidad

Por supuesto, veo que hay ganas de volver a los teatros. Abrir las actuaciones con las mascarillas y las butacas casi vacías por las distancias generaba un ambiente extraño. Ahora estamos dentro de esa normalidad, no ajena a la prudencia, pero se disfruta mucho más todo con teatro lleno y una actitud más habitual.

 

Si tiene un mal día, ¿cómo saca el lado gracioso de las cosas?

Forma parte de nuestra forma de ser. Cuando subes a un escenario y hay gente que ha pagado una entrada para verte y divertirse, lo que busca es lo que tú tienes que hacer. Uno tiene que ser profesional. 

 

No es la primera vez que viene a actuar a Palencia, ¿cómo lo recuerda?

Lo guardo en mi memoria con mucho cariño. El público fue estupendo. Me quedé con ganas de haber estado un poco más en Palencia. Llegué casi para actuar y después tuve que marcharme porque tenía otra actuación lejos. Es un orgullo formar parte de ese pedazo de cartel que han preparado para este verano.  

 

¿Qué espera de la capital?

Que vengan con ganas de pasárselo bien; que tengan el ánimo de desconectar de cualquier problema que puedan tener y compartir un rato de risas durante el tiempo que dure la actuación, en torno a 80 minutos.

Me gusta mantener la participación del público. En el show realizo un juego con ellos para que lo pasen bien. Es una parte interactiva en la que nos reímos mucho. 

 

¿Qué destaca de su trayectoria en el humor y en el resto de ámbitos tan variados que ha realizado?

La carrera de uno es el cúmulo de todas las cosas que ha ido haciendo. Cada una de ellas son importantes. Mi presente es gracias a un pasado en el que está todo lo que he hecho.