Basta recordar los peores días de la ola de calor para asegurar sin género de duda que junio fue un mes caluroso; una impresión que ha confirmado el Observatorio Meteorológico de Carralobo (Astudillo) en su parte mensual, en el que informa de que el termómetro alcanzó una temperatura máxima de 38,5º, el segundo registro más alto para un mes de junio desde 1988.

El récord por ahora lo tiene 2019, en el que se alcanzaron los 40º, y al igual que ocurrió entonces, estas temperaturas están siendo acompañadas por un episodio de sequía que acumula ya seis meses. De los 30 días de junio, solo se registraron precipitaciones en 10, que dejaron 27,5 litros por metro cuadrado, la mayoría a través de cinco tormentas, especialmente la registrada el día 16, con 7,5 l/m2 caídos.

Hubo otros junios más secos, pero no con temperaturas tan elevadas. Hay que tener en cuenta que los 20 grados centígrados de media es el quinto registro más elevado en 35 años y que en jornadas como la del día 16, la mínima no bajó de los 22º. La temperatura media máxima fue de 25,5 grados, y la mínima, de 12,4, aunque el termómetro sí bajó hasta los 7º en la jornada del día 28. 

Según los datos recogidos por Mariano Bustillo, responsable del Observatorio de Carralobo, el sol lució durante 318,05 horas, hubo un episodio de granizo y un total de 16 días amanecieron con rocío. 

Datos que, en resumen, confirman la sensación que tuvo la mayoría de los palentinos: junio fue un mes caluroso y seco. Solo queda esperar para ver si julio sigue la misma tónica.