En continua reinvención

Jesús Hoyos
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Pemcyl, que busca mejorar la inserción de mujeres vulnerables, termina su segunda fase con un 53% de éxito. Otros programas de la FSMR atienden las necesidades de diversos colectivos

En continua reinvención

Pemcyl (Programa Empleo Mujer) es una iniciativa impulsada por la Junta con la colaboración de la Fundación Santa María la Real para mejorar la empleabilidad y favorecer la inserción sociolaboral de mujeres en situación de especial vulnerabilidad en Castilla y León. La segunda fase del programa, desarrollada entre septiembre y diciembre del año pasado, terminó con un 52,7% de éxito.


De las 146 mujeres participantes de entre 18 y 63 años, con diferentes niveles formativos y trayectorias profesionales, 57 encontraron trabajo por cuenta ajena en sectores como la hostelería, el comercio, la administración o la atención sanitaria, y 20 obtuvieron certificados de profesionalidad y ampliaron su formación. Cabe destacar que, de todas ellas, 63 eran víctimas de violencia de género. Y es que el programa, que cumplió seis ediciones en 2021, dedica una línea específica de trabajo a la atención de este colectivo,como último eslabón de atención integral para ayudarlas a recuperar su autonomía y vover a la vida normalizada.


En este sentido, la paredeña Rosario Hoyos, responsable de Pemcyl en la región, destaca la importancia de programas específicos. «La realidad es aplastante y los datos están ahí. En otros proyectos habíamos comprobado que, a lo largo del tiempo y de forma generalizada, los participantes eran un 60% mujeres. La intervención necesitaba una especialización por su situación de violencia de género, especial vulnerabilidad, carencia de renta, pertenencia a minoría étnica o falta de soporte familiar y social», señala. 


La responsable de Pemcyl recuerda que «hay que trabajar mucho a la hora de crear una red de apoyo y un soporte emocional para que haya un cambio de actitud y que ese proceso último de integración y autonomía se vea optimizado con acompañamiento». «Ser capaces de combinar la atención personalizada con la atención grupal donde se crea esa red con otras mujeres que están en la misma situación es el éxito del programa», subraya Hoyos. 


Que el programa perdiera parte de la presencialidad durante 2020 y 2021 no ha supuesto un problema. Al contrario, según Rosario Hoyos. «El apoyo e intervención online han servido igualmente porque las hemos capacitado digitalmente y este entorno permite estar en su lugar habitual a las mujeres que, por diversas circunstancias, no disponen de medios de transporte. Muchas tienen responsabilidades y, al final, es su ventana al mundo y su espacio para estar con otras mujeres», añade la responsable de Pemcyl. «La mejor forma de intervención es la mixta: fomentar la presencialidad en sesiones clave junto con el formato digital. Ha sido una optimización y permite alcanzar a más mujeres», resume.


Las entrevistas individualizadas permiten identificar la situación de partida y los intereses de cada mujer para, desde ahí, «combinar lo que saben hacer con las demandas del mercado. Se tienen que sentir identificadas con la propuesta laboral, que puede llegar durante el programa o después; por eso decimos que el proceso va mucho más allá de Pemcyl», explica Hoyos, quien destaca que muchas empresas están sensibilizadas con su integración y en muchos casos colaboran de manera altruista con charlas y talleres. 


«Las participantes tienen muchas ganas pese a que empiecen con miedos o falta de autoestima. Las acompañamos y empoderamos para que sean ellas las que de una manera proactiva identifiquen empresas de su interés y preparen su argumentario», añade. 


PREMIO MENINAS.  El Premio Meninas a la transformación social es un ejemplo de ello. «Es un honor porque valora el trabajo, bonito pero incesante, que se hace día a día. También es un acicate para las participantes y un ejemplo muy bueno de colaboración público-privada», concluye.