La Montaña Palentina espera una ocupación menor a la de 2019

Ismael Martín
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La subida de los precios y la preferencia por la costa llevan al norte de la provincia a cifras de reservas del 60-70%. En Tierra de Campos se mantienen los buenos números de estos años

La Montaña Palentina espera una ocupación menor a la de 2019 - Foto: Alberto Rodrigo

El turismo rural muestra niveles de ocupación dispares según la zona de la provincia. Mientras que en Tierra de Campos, mantienen las buenas cifras de estos últimos años, en los pueblos de la Montaña Palentina la situación es bien diferente. Después de dos años en los que los turistas se decantaron por las zonas de interior, lo que provocó que los diferentes establecimientos colgasen el cartel de lleno, se ha notado un descenso en el flujo de visitantes. En el caso de la Montaña Palentina, «llegaremos incluso a finales de agosto con cifras muy inferiores a 2019», comenta Fidel González, presidente de la Red de Turismo Rural Montaña Palentina. 

Los motivos de este estancamiento se encuentran en que «la gente busca más viajar fuera y el turismo de costa, es decir, cosas que no pudo hacer el pasado año», arguye González. Una de las excepciones en la comarca es la pedanía de Cordovilla de Aguilar, donde la ocupación roza el lleno para estos meses. Si bien la tranquilidad y la naturaleza continúa teniendo muchos adeptos, la mayoría lo hace en cortos períodos de tiempo, centrados en fines de semana y fechas especiales. 

Las localidades de la Red de Turismo Rural Montaña Palentina cuentan con unas 37 casas de alquiler completo, aunque también hay algún hotel rural. En total hay entre 350 y 400 plazas de alojamiento. Su presidente, Fidel González, asegura que en las casas rurales de la zona la ocupación está lejos de la registrada en los últimos años. «El año pasado estaba al 100%. Desde finales de junio hasta finales de agosto no paramos. Quizá por tema del covid y el turismo familiar que miró un poco más al ámbito rural. Pero este año está más bien flojito». Además, la situación es diferente según se trate de entre semana o fin de semana. «El fin de semana estamos a un 60-70%, pero de diario las cifras no llegan a un 50% y muchas casas no llegan ni al 30%», destaca. Si se mira el resto de los meses del año, «la ocupación en la Montaña Palentina es del 33%, casi diez puntos más que la media de Castilla y León».

Las previsiones para agosto son un poco más halagüeñas. «Hay casas ya llenas todo el mes por semanas, pero otras están todavía al 50%. Hay que tener en cuenta que mucha gente realiza reservas de última hora».  

El aumento de los precios, especialmente de la luz y la gasolina, ha aumentado el gasto de las familias y también el de los establecimientos rurales. Pese a ello, los precios no han variado. «El alquiler se encuentra en torno a los 20 euros por persona y noche, igual que hace 15 años. Algunos que están bien situados pueden llegar a costar 30 euros», afirma. Las casas se pueden alquilar como mínimo 2 días y, en agosto, por semanas, aunque «mucha gente está solo un par de días, no es como antes que venían toda la semana. La gente está saturada del turismo rural, sabe qué tipo de diversión y alojamiento encuentra. No le resulta una novedad, así que ha bajado el interés».

Un claro ejemplo de la situación en la que se halla el norte montañoso de la provincia son Valberzoso y Canduela, donde González alquila unas casas. «Las de Valberzoso han sido vendidas y se han perdido 27 plazas. Canduela es bien de interés cultural y es un pueblo que se llena muy fácilmente de turistas. Ahora, han cerrado varias casas y las que quedan están en números básicos», lamenta. 

familiar. En cuanto al perfil de los turistas, «son, sobre todo, familias que se quieren juntar en un alojamiento grande o grupos de amigos. Siempre tenemos gente que viene a ver románico, principalmente de la costa de Cataluña y de Baleares». En relación al turismo extranjero, «el que más recala es el que viaja en el ferry de Santander a Reino Unido, hace una noche y se marcha», explica. 

Por su parte, Cordovilla, fruto de su cercanía a Aguilar de Campoo, a 7 kilómetros, y sus buenas conexiones por autovía con Palencia, Santander o Madrid, es una de las excepciones dentro la comarca de la Montaña Palentina. Así, la Casa Rural El Mayorazgo tiene reservadas todas las plazas de alojamiento para julio y agosto manteniendo las cifras tanto de la pandemia como anteriores. Pero esto esconde también una realidad más negativa. «Normalmente quitando el verano, puentes y demás, entre semana viene muy poca gente. Suelen venir de viernes a domingo», asegura Rosa Revilla Montes, quien dirige el establecimiento desde el año 2000. 

Los fines de semana los turistas en su mayoría proceden de zonas próximas o de Madrid y Bilbao, como muy lejos. Cuando hay puentes o verano viene mucha gente del sur como Cádiz, Sevilla, Valencia o Alicante. «El cliente de turismo rural es muy diferente al de playa, no tiene nada que ver. Todos vienen buscando mucha tranquilidad y, sobre todo, románico y naturaleza», sostiene. Del extranjero también vienen grupos a partir de septiembre u octubre pues hay una empresa, Dos Aves Turismo Activa, que organiza actividades en la naturaleza. «Ahora tenemos un grupo de británicos que han venido a ver mariposas», indica Revilla. 

La casa rural cuenta con 14 plazas de alojamiento repartidas en tres casas, dos de 4 plazas y una de 6. «Ponemos la condición de alquilar como mínimo 2 noches y, a partir de ahí, varía según las necesidades del cliente». El precio de las dos noches es de 190 euros las de 4 plazas y de 285 la de 6.

Rosa Revilla destaca la importancia del turismo en la zona siendo un gran motor económico. «Cuando empezamos nosotros había pocas casas, pero ahora en esta zona hay mucho turismo rural».

Tierra de Campos. La situación en las localidades de Tierra de Campos muestran mejores cifras de ocupación. Una de las localidades es Autillo de Campos, donde Juan Bautista Herrador, socio fundador de la Asociación Palentina de Turismo Rural (Apatur), posee «12 plazas de alojamiento con 2 casas, de 6 plazas cada una, con un precio por noche de 140 euros; no han subido». El establecimiento se inauguró en 2002 y lleva abierto ininterrumpidamente, excepto estos dos últimos años por la covid. En este caso, «el 100% de las casas de alquiler turístico están ocupadas todos los días del verano. Nos mantenemos en las mismas cifras prepandemia». El resto de los meses del año la ocupación es muy puntual concentrándose en «los fines de semana, festivos, Semana Santa o Navidad». «Antes había muchísimas llamadas y ahora son muy escasas, lo único que esas llamadas te ocupan el establecimiento», comenta Herrador. 

El perfil de los visitantes de Autillo ha ido cambiando con el paso de los años. «Hace 10 años venían grupos de amigos, pero ahora ya son todo familias. El turismo es nacional, proveniente de Andalucía, País Vasco, Madrid, Cataluña y Baleares». El turismo en el municipio es complementario al sector principal, el agrícola-ganadero. De hecho, Herrador resalta que «no vivo solo del turismo sino que también soy agricultor».

Bien distinto ocurre en Támara de Campos, pues «el municipio vive del turismo rural al no haber apenas otro tipo de negocios», admite Anabel Pérez, de Apatur y quien gestiona el hotel rural San Hipólito desde hace 12 años. El establecimiento también atraviesa buen momento. Con una puntuación de 9,5 en Booking y un solete Repsol, tiene 9 plazas con un precio de 30 euros por persona con alojamiento y desayuno. «La ocupación, a expensas de las reservas de última hora, rondará todo el verano el 80%, unas cifras como en años anteriores. Los fines de semana se observa mayor ocupación», destaca.  

El municipio tiene 60 habitantes y «estos meses se duplica». Pérez señala que «los turistas, sobre todo parejas, vienen a visitar el patrimonio cultural del municipio como su imponente iglesia catedralicia».