San Pablo exige más conservación y menos grandes obras

Pablo Caminero
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La asociación de vecinos alega que «no existe una correcta planificación del mantenimiento»

San Pablo exige más conservación y menos grandes obras - Foto: Marcos Lumbreras

La asociación de vecinos de San Pablo y Santa Marina denuncia que las obras realizadas en el barrio no cuentan con las medidas adecuadas de cuidado y mantenimiento por parte del Ayuntamiento para que estas se conserven en el tiempo a largo plazo. Aunque reconocen que el barrio ha recibido grandes inversiones para su mejora, en lugar de grandes obras, piden acciones más concretas y en períodos más cortos de tiempo para conservar en perfecto estado de revista lo que ya se tiene.

El principal ejemplo que nombran desde la asociación de vecinos es la reciente renovación del parque de los Jardinillos, tasada en unos 3,2 millones de euros. «No habría sido necesario realizar este gasto de dinero tan grande si se hubiera invertido en una planificación de mantenimiento. Esa fue siempre nuestra postura», comenta Sergio de los Bueis, vocal del colectivo vecinal. 

Ahora, el barrio exige al Ayuntamiento que cuide del nuevo aspecto de esta zona verde, y recuerda que antes de que entraran las máquinas al parque para cambiarlo por completo, existían evidentes  signos de dejadez. 

«Si se hubiese mantenido, no habría sido necesario un gran cambio de imagen pero en el proceso no se contó con nosotros. No asistimos al acto de presentación de Los Jardinillos porque ya entonces estaba claro que no tiene ningún tipo de mantenimiento», detalla De los Bueis. 

Por eso, la mayor reclamación de la asociación es que el dinero de los fondos europeos se use de una manera un poco más previsora. «Son obras a las que después no se les hace ningún tipo de seguimiento», alega el responsable vecinal, y cuando surgen desperfectos, exigen gastos a mayores por parte de la ciudadanía, detalla De los Bueis.

«A lo mejor, la propia obra tendría que hacerse cargo de estos problemas posteriores», defiende el vocal de la asociación del barrio.  

Alcorques. Otra de las quejas de la asociación de vecinos de San Pablo se centra en el resultado de renovación del primer tramo de la calle Mayor Antigua. «Los alcorques de los árboles que se han plantado han terminado por ser un error y así lo demuestra el hecho de que no se vayan a colocar en la siguiente fase de la obra, entre la calle Doctrinos y la plaza de Pío XII», comenta De los Bueis.

«El Ayuntamiento se ha dado cuenta de que los alcorques -de 10 centímetros de altura- no son viables. Tenemos la sensación de que se nos ha usado como conejillo de indias», explica Sergio de los Bueis.  

La asociación de vecinos se queja de que los vecinos de la primera parte de la calle Mayor Antigua no van a tener más remedio que convivir con estos elementos. Una mejor planificación podría haber solucionado este problemas, y es que De los Bueis recuerda que uno de los árboles tuvo que ser retirado porque impedía a los coches accedieran a un garaje. 

En definitiva, el barrio exige un mayor compromiso del Ayuntamiento con el cuidado de las calles de San Pablo y Santa Marina.

Los vecinos solicitan más plazas de aparcamiento en el barrio

San Pablo y Santa Marina soporta una gran cantidad de tráfico. A mayores, la obras que se realizan en sus calles buscan agrandar aceras y hacer las calles de uso peatonal. Desde la asociación de vecinos del barrio comentan que aunque «está bien peatonalizar las calles, los coches se siguen usando». «Necesitamos algo que sea compatible. No por hacer las calles peatonales vamos a solucionar todos los problema de movilidad», afirma Sergio de los Bueis. La realidad es que el coche se utiliza mucho y este barrio céntrico es destino de gran cantidad personas de otras zonas de la ciudad que trabajan allí. Por ello, el número de turismos que ocupan las plazas de aparcamiento son más que el número real de vecinos. 

En definitiva, para el barrio las políticas para impulsar eal tránsito de peatones y lograr una movilidad más práctica tienen que complementarse con la presencia de vehículos. 

parking disuasorio. Los vecinos tienen la posibilidad de aparcar en el aparcamiento disuasorio en las inmediaciones de las estaciones de tren y autobús. Sin embargo, para la asociación, no es «una solución real». «Supone que los vecinos no pueden dejar el coche cuando lo necesiten cerca de su casa, que es donde todos queremos aparcar. Antes había aparcamientos en la calle que era gratuito y ahora te cobran», se queja el colectivo vecinal.

Además, un aparcamiento disuasorio se encuentra con el mismo problema que las calles del barrio: el alto volumen de tráfico por vecinos de otras zonas que trabajan en el centro y dejan a los habitantes de San Pablo sin lugar para estacionar sus utilitarios.

Demasiados vehículos cruzan San Pablo

«Los coches están provocando desperfectos en el suelo de la plaza de San Pablo. La zona no permite el paso de turismos a no ser que se necesite acceder al garaje situado en la misma».

La norma, según la asociación, no se sigue. La cámara colocada para evitar estas ilegalidades no funciona y su carácter disuasorio no es suficiente según el vocal Sergio de los Bueis. Incluso, desde la asociación existen quejas porque los propios coches del Ayuntamiento se saltan la norma. El vehículo que muestra la ciudad a los turistas  cruza la plaza, provocando el descontento del vecindario.