Antonio Álamo

Antonio Álamo


Alegrías

21/07/2022

A veces la vida nos da pequeñas alegrías y después de tanto calor cualquiera que se nos aparezca es bienvenida. La más ilusionante de todas nos la acaba de proporcionar el nuevo consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo, quien en una reciente entrevista en El País aseguraba que España pasará el invierno sin problemas de suministro de gas. Además lo descartaba por completo. Esto sí que es una alegría y no otras, máxime cuando quien lo anuncia es un gestor del sistema gasista español y no un ministro del ramo anunciando cada verano aquello de «puedo garantizarles que la gasolina no va a subir»…y subía cinco minutos antes de la operación salida. Lo han dicho los de derechas, los de izquierdas y los de centro cuando lo hubo. En resumen, de momento hay que reconocer que estamos de suerte porque se supone que no nos va a faltar.
Y otra alegría muy ilusionante también, y que además guarda cierta relación con la anterior, es la nueva catalogación como energía verde de la producida en centrales nucleares y en las térmicas de carbón. Así se ha considerado en Europa tras una votación donde se rechazó la objeción que pedía no incluirlas. En el caso de la nuclear la Comisión Europea tuvo muy en cuenta que, a diferencia de los combustibles fósiles, apenas produce emisiones de dióxido de carbono durante la generación de energía y no suele dar mucha guerra –es decir, fallar-. Bueno, a veces fallan y no solo en Chernóbil… recuerden el caso de Three Mile Island en la cuna de la civilización contemporánea. O el de Madrid en 1970, en los terrenos de la actual universidad Complutense.
Una tercera nos la podría proporcionar la indiferencia e ignorancia ante ciertos hechos que están ahí y que la sociedad no desea evaluar con frialdad. Quizá por eso viven felices quienes no quieren mirar (para no ver) o escuchar. Pero esa alegría no nos la van a dar pese a la imagen un tanto bucólica que sobre la realidad nos presentan con frecuencia. Por lo pronto la guerra de Rusia con Ucrania no ha terminado, se acerca agosto y cuando el mes esté a punto de finalizar comenzarán las fiestas patronales de muchas ciudades. Palencia entre ellas. Será quizá el único periodo donde abundarán las caras de felicidad. Luego no será así.