El centro Santa Eugenia, inmune pero precavido

Carlos H. Sanz
-

La segunda vacuna causa diarreas, vómitos y fiebre en algunos residentes y trabajadores, efectos esperados

El centro Santa Eugenia, inmune pero precavido - Foto: Óscar Navarro

Siete días. Ese es el tiempo transcurrido desde que los 82 residentes y 47 trabajadores de la residencia Santa Eugenia de Cevico de la Torre recibieron la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19. Un número mágico porque, en teoría, es el plazo estimado en el que el sistema inmunitario asimila el compuesto desarrollado por Pfizer y aprende a defenderse del coronavirus. 

Dicho de otra forma, desde ayer tanto Áureo López y Mari Bilbao, el primer castellano y leonés y la primera sanitaria en recibir el pinchazo, como el resto de residentes y trabajadores son inmunes al Covid-19.

Por lo que se sabe hasta ahora de las vacunas no está claro hasta qué punto protege de la infección y la transmisión, además de hacerlo de la enfermedad. Por eso, la supervisora del centro gestionado por la Fundación Pedro Monedero lo tiene claro: «Hemos luchado mucho como para hacer el tonto ahora y tirar todo el trabajo realizado por la borda. Vamos a mantener las medidas de seguridad», relataba ayer a este periódico.

Respecto a los efectos secundarios de la segunda inyección, en esta ocasión sí que se han dejado notar. «Algunos residentes han tenido vómitos, diarrea y fiebre; y dos trabajadoras están de baja por este último motivo. En general, tenemos como la sensación de tener la cabeza cargada, pero en ningún caso han sido efectos graves, ya que se han solventado con paracetamol», explica Mari Bilbao. El día en que los residentes puedan volver a pisar la calle libremente está más cerca, pero con la tercera ola de la pandemia todos prefieren esperar.