Rincones de recuerdos

Carlos H. Sanz
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Los 10 lugares de... Beatriz Marín Asensio (Orientadora y profesora)

Rincones de recuerdos

1. Autilla del Pino.  «El Mirador de Tierra de Campos... ¡Cuántos buenos ratos he pasado disfrutando de sus atardeceres y siempre en la mejor de las compañías! Una caña, unas pipas, amigos y una buena conversación con el mar de Castilla de fondo. Un lugar lleno de paz y tranquilidad donde respirar, encontrarse y desconectar».
 

2. Ampudia. «Localidad pequeña donde nos encanta volver. A mis hijos les gusta corretear por las inmediaciones del castillo, imaginando que son grandes caballeros. Desde mi punto de vista, es la fortaleza más elegante de toda la región. Pasear por la calle porticada siempre es buena opción. Además, Ampudia tiene días de feria y celebración en los que nos gusta participar».
 

3. Aguilar de Campoo.  «Parada obligada cuando vamos o volvemos de vacaciones al norte. No  hay que olvidarse coger la chaqueta antes de bajar del coche porque esta villa siempre goza de un frescor especial. Un paseo bonito es el de la orilla del río, cruzando los puentes y viendo el río correr. Nos encanta ir en invierno, al caer los primeros copos de nieve o en las nevadas tardías con las que tanto disfrutamos con mi familia, mis hijos y sobrinos. Además, revisitar el monasterio de Santa María la Real es un placer porque siempre encontramos algo nuevo».
 

4. Camping de Aguilar.  «Si me pongo a recordar sitios felices, siempre me viene a la cabeza mi infancia en el camping. Esta zona tiene un olor muy especial, con sus pinos, su paisaje... Era toda una aventura montar la tienda de campaña y pasar la noche allí en los sacos de dormir bien juntitos con mis hermanos y mis padres. Allí aprendí a andar en bici ¡y mi padre me dio un trofeo! No me bajé de la bici en todas las vacaciones».
 

5. Velilla del Río Carrión. «He redescubierto esta localidad como puerta de acceso a la Montaña Palentina. Me fascina el paisaje que la rodea. Ha sido de mayor cuando me he dado cuenta de su potencial para hacer excursiones en familia; mis hijos disfrutan tanto que por ellos estaríamos cada fin de semana por allí».
 

6. Pinar de Velilla.  «Este pinar silvestre es un lugar maravilloso para hacer excursiones. La ruta es sencilla, muy oportuna para llevar a los pequeños de la casa, que pueden correr y disfrutar sin peligro alguno. Un bosque rodeado de hayas, robles, serbales, acebos y enebros que hacen la caminata más bonita. Ofrece paradas y descansos para observar la zona, como el mirador del Pino, un sitio curioso. De camino conviene ir fijándose en cuál es el pino enroscado; niños y mayores nos sorprendemos de lo curiosa y caprichosa que puede resultar la naturaleza».
 

7. Calle Mayor (Cuatro Cantones).  «Quien me conoce bien sabe que, para mí, pasear por la calle Mayor es una de las cosas que más me gusta hacer en Palencia. Al ser hija de comerciantes, nuestra segunda casa ha sido siempre la tienda de deportes de mis padres. Bajar a los Cuatro Cantones, hacer recados, subir a La Compañía, volver a bajar y pasear toda la tarde, ya fuera invierno o verano, me ha unido a la calle Mayor. Eso me ha hecho conocer a mucha gente, sobre todo a comerciantes, donde siempre hemos comprado y seguimos haciéndolo porque el trato es tan familiar y de calidad, que una siempre quiere volver».
 

8. Plaza de abastos.  «Desde niña he acompañado a mi madre a hacer la compra a la plaza. Siempre he sido muy curiosa y me entretenía mucho ver cómo la señora Nieves despiezaba el pollo, cómo limpiaban el pescado o llegar al puesto de Luisito, con ese olor característico de algunos puestos de carne. Sigo comprando en la plaza por la calidad de sus productos y por el trato cercano y cariñoso de los trabajadores conmigo y con mis hijos».
 

9. El parque del Salón.  «Recuerdo esas tardes de verano, volver de la piscina e ir a última hora a jugar y  terminar de pasar el día con mi abuela Amparo y sus amigas; sentarnos en el  mítico banco corrido y comernos un helado; jugar con mis hermanos en la piedra y sus molduras imaginando que era toboganes… Curioso que mis hijos jueguen sobre la escultura con la misma ilusión con la que lo hacía yo. ¡Cuántas horas he pasado y paso en ese parque!».
 

10. La catedral.   «Sin duda mi lugar favorito en la ciudad. Siempre busco la manera de pasar por delante de La Bella Desconocida; tras saludar a la Virgen de la Inmaculada, admiro su grandeza  y no hay día que no descubra algo nuevo de ella. Desde niña bajamos a la Cripta cada 2 de septiembre, por San Antolín, y ahora lo continuamos haciendo con nuestros hijos y sobrinos. Les encanta bajar, beber agua del pozo, escuchar la leyenda del jabalí y mirar por los huecos ¡a ver si lo ven! Mis padres y mi hermana se casaron allí y yo no pude dejar de hacerlo también. Es un verdadero lujo casarse sobre una cripta visigoda del siglo VII. Tengo pasión por esta catedral y por sus 43 metros de alto que parecen tocar el cielo.