Conozco la ciudad de Vitoria. Mi marido ganó el Premio de Poesía. Sabíamos que sus habitantes colaboraban para que ni un solo papel en el suelo malograse la estética de la que los vitorianos sentían orgullo. Pudimos comprobarlo. Al salir del evento, bajando las escaleras del edificio, no recuerdo si Ayuntamiento o Casino, una persona del grupo, creo que el alcalde, se agachó a recoger un papel de celofán que había cobijado algún caramelo y permanecía, insolente, dando qué hablar.
Admiré su gesto, y me contestó que los vitorianos estaban implicados en la misma tarea. Y unidos, conseguían tener cuidada su ciudad. Sentí sana envidia. Ahora, también. El viernes pasado, desde Recoletas hasta la iglesia de San Lázaro, conté, once pañuelos desechables de papel, quizá usados y, ya, sin servicio para sus dueños; y, salvo milagro, es probable, que no salieran solitos a pasear desde algún bolsillo despistado. También me fijé en ocho mascarillas de varios tonos, predominaban las azules. 
Sí, estarán pensando, qué tiene todo esto que ver con el título de la columna. Aclaro, entré en Internet y tomé datos de ciudades sostenibles en general; primer puesto Vitoria, seguida por Madrid, Barcelona, San Sebastián y Bilbao. Sostenibles económicamente, el primer lugar lo ocupa Bilbao, a continuación, Barcelona, y tercer lugar, Vitoria. Y, ¿en cuanto a mayor número de parques? el primer puesto, merecidamente, es…, seguro que aciertan. ¿Vitoria? Sí, por supuesto. Transcribo datos leídos: tiene nada menos que 26,76 metros cuadrados de parque por habitante. Elegida Capital Verde Europa 1.912. Luce hermosos parques urbanos, una estimulante ruta de jardines por descubrir y una extensa red de senderos urbanos que incluye paseos por su anillo verde, un continuo natural de ríos y parques periurbanos que envuelve Vitoria y la llena de aire fresco. Estas cuatro variantes que, en conjunto, definen la calidad de vida -economía, calidad ambiental-sociedad-transparencia y cooperación-, se dan en Vitoria pues las reúne todas. En Palencia podemos mejorar en aspectos ambientales si tomamos conciencia de que vale la pena. Cuidemos de nuestro entorno. Respetemos las plantas que adornan las calles y, quienes pasean mascotas, procuren hacer lo que deben.