Villalcázar de Sirga

César Ceinos
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Antiguo emplazamiento templario en la Ruta Jacobea

Villalcázar de Sirga - Foto: Óscar Navarro

La población de Villalcázar de Sirga se asienta sobre un ligero promontorio en la comarca natural de Tierra de Campos, a medio camino entre Frómista y Carrión de los Condes, en el centro geográfico de la provincia, a escasos 40 km de la capital. El origen de la localidad de Villalcázar se cree parte de los asentamientos romanos de los alrededores de la ermita de la Virgen del Río.

El nombre de Villalcázar proviene de la unión del sustantivo villa = pueblo, y el vocablo de origen árabe alcázar (fortaleza), que posiblemente tenga algo que ver con la fortaleza construida allí por la Orden de los Templarios en el siglo XII; y el apellido Sirga significa tierra hollada por donde se transita habitualmente, que se refiere a la denominación del Camino de Santiago, que tras una pequeña desviación en el siglo XII, pasa por la villa, convirtiéndola en uno de los centros marianos más importantes del Camino. En documentación de 1069, ya se citaba a este municipio como Villasirga en referencia a la vía jacobea que entonces pasaba por sus cercanías.

Tras la reconquista en el siglo IX, este primigenio asentamiento de hombres libres se convirtió en un enclave fortificado con guarnición armada desde donde partían las huestes cristianas a luchar contra los mahometanos durante el medievo. 

La Orden de los Caballeros Templarios fundó en esta villa una de las encomiendas más importantes radicadas en Castilla, y a finales del siglo XII construyó una grandiosa edificación que englobaba la iglesia de Santa María la Blanca, templo y fortaleza defensiva cuyo estilo arquitectónico tiene trazos del románico y del gótico, protegido por una muralla que circundaba el conjunto, convertido en residencia de los caballeros templarios y centro logístico. La principal misión de los templarios era la guarda y protección de los peregrinos en el Camino Jacobeo de las algaradas musulmanas y de los ladrones y asaltadores.

La orden templaria permaneció aquí hasta su abolición el 22 de marzo de 1312 por el Concilio de Viena; entonces todas las funciones asistenciales, proteccionistas y defensivas pasaron a la Orden de Santiago, responsable de guardar los caminos y atender a peregrinos y enfermos en sus hospederías y hospitales. 

La literatura real convertiría a esta iglesia en un lugar de devoción muy famoso en la ruta jacobea a su paso por Castilla; pues el rey Alfonso X el Sabio compuso las Cantigas de Santa María en honor de la Virgen Blanca, a cuya imagen se le atribuye la curación milagrosa de algunos peregrinos. Se dice que debido a la cantidad de peregrinos que se acercaban a Villalcázar de Sirga buscando la protección de Santa María, se hizo una pequeña desviación del Camino de Santiago para que pasara por este lugar.

A lo largo de su historia, Villalcázar de Sirga contó con tres hospitales. El más antiguo fue el de la Orden de los Caballeros Templarios, el cual se situaba en la calle Grande, cuya clausura se produjo en el año 1304, como consecuencia del fin de la encomienda templaria en la localidad, ocho años antes de que estos fueran expulsados del reino de Castilla en el 1312. 

Durante un capítulo de la Orden de Santiago celebrado en Valladolid en 1652, se acordó acometer el traslado de la Hospedería y el Hospital de las Tiendas radicado en la localidad de Calzadilla de la Cueza y Ledigos, a otro del que disponía el conde de Osorno en la población de Villalcázar de Sirga. Este hospital seguiría siendo gestionado por la Orden de Santiago. Y el tercer hospital destinado al cuidado de enfermos y peregrinos en Villalcázar de Sirga estaba regentado por la Cofradía Mayor de la villa en paralelo con el santiaguista y, como tal, seguía funcionado en el siglo XVIII. 

En 1227, era señor de Villalcázar de Sirga don Rodrigo Rodríguez Girón, importante personaje de la corte de Fernando III el Santo, que compartiría el señorío con la Orden Templaria. Hacia 1503, la población de Villalcázar de Sirga se arracimaba alrededor de la iglesia fortaleza de los templarios, por lo que adoptó la decisión de que Santa María la Blanca pasase a ser iglesia parroquial, tal como hoy la conocemos. 

En el año 1661 se creó el título del conde de Villalcázar de Sirga a favor de don Juan de Echeverri Rovere y Salinas, capitán general de la Armada Real y caballero de la Orden de Calatrava, título que desde 1953 ostentaba doña María de la Concepción Azlor de Aragón y Guillamas, marquesa de San Felices con Grandeza de España, que falleció en Madrid el día 25 de abril de 2022, a la edad de 97 años.  A finales del siglo XVI, Villalcázar tenía censados 1.100 habitantes, que tres siglos después se habían reducido a 695 moradores. Hoy es una pequeña localidad de unos 165 habitantes atravesada por el Camino de Santiago, desde donde aún quedan 408 km para llegar a Compostela.

Lugares de interés. Iglesia de Santa María la Blanca, templo-fortaleza construida por la Orden de los Templarios a finales del siglo XII, en la transición del románico al gótico; palacio de los condes de Villasirga, construido a principios del siglo XVIII, hoy sede del Ayuntamiento; Hospital Real de las Tiendas o de Santiago, del que se conservan restos, con escudo en su fachada con la Cruz de Santiago; el Pósito, actualmente convertido en establecimiento hostelero (Mesón de Villasirga) y la ermita de Nuestra Señora del Río situada a un kilómetro de la villa.