La Escuela de Arte y Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Mariano Timón lleva cien años entre los palentinos, pero aún es necesario hablar sobre la labor que lleva a cabo en la educación provincial. La actual directora, María Aránzazu Rebollo, reconoce que le han llegado a preguntar si hay escuela de arte en Palencia. La respuesta, obviamente, es afirmativa.

La institución,  que se puso en marcha el 2 de octubre de 1922, se encuentra en la actualidad dividida en dos edificios. En la sede de la avenida de Casado del Alisal se imparten el bachillerato en la modalidad de Artes y los ciclos de Formación Profesional (FP) de Joyería Artística, Ebanistería Artística, Arquitectura Efímera e Ilustración, mientras que al inmueble de la calle de Miguel de Unamuno acuden los alumnos de las enseñanzas superiores de grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales en la especialidad de Textiles.

Palencia no sabe mucho de su escuela artística y uno de los retos del centenario es hacerla más visible. Por ello, organizarán buena parte del calendario conmemorativo de la efeméride fuera del centro, en colaboración con otras entidades públicas y  privadas. A la mesa redonda del pasado 3 de octubre, que sirvió de pistoletazo de salida a la celebración (un día después del aniversario porque el 2 cayó en domingo), le seguirá un programa de actos que incluye actividades singulares y otras más tradicionales, pero con el toque común que tiene el hecho de cumplir un siglo de vida. 

Según explica Rebollo, este jueves se procederá a la entrega de los premios Mariano Timón en el salón de actos de la Fundación Díaz-Caneja. Este acto contará, por primera vez, con la participación de dos antiguas alumnas del centro, Eva González y Sara Macho, que hablarán en primera persona de sus experiencias laborales tras salir de la Escuela de Arte. «Será especial porque tendremos la ponencia de las estudiantes», añade.

El resto de la programación se desarrollará en 2023. Los alumnos del bachillerato de Artes harán el próximo invierno una intervención efímera en los árboles de Casado del Alisal. También está previsto que se organice alguna actividad en el centro comercial Las Huertas y varios talleres en colaboración con la Asociación de Artistas Plásticos Palentinos Thieldón. Por otro lado, la sala de exposiciones de la Diputación acogerá la muestra fotográfica Una mirada en el tiempo: 100 años de la Escuela de Arte entre finales de abril y principios de mayo. Por su parte, la biblioteca pública será la sede de una exposición de prensa y, una vez más, el lugar donde se pongan a la vista de los curiosos las obras de los estudiantes de la Mariano Timón a final de curso. «Este año lo enfocaremos en torno al centenario», explica la directora antes de comentar que a estas actividades se podrán sumar más a lo largo de los próximos meses.

El otro gran objetivo de este curso es demostrar a la sociedad palentina que los estudios artísticos son interesantes para el futuro laboral del alumno. «A los padres, en muchas ocasiones, no les gusta que sus hijos cursen estos estudios porque piensan que no tienen salidas y es todo lo contrario. Por ejemplo, la artesanía, que tiene gran cabida en el mundo rural, está desapareciendo y ahí va a haber trabajo. Hay un nicho de mercado que está por descubrir», asegura Rebollo antes de dejar claro que, como en todas las profesiones, «los inicios son duros».

DE MUCHOS LUGARES. La cifra de alumnos en la actualidad ronda los 180, similar a los cursos anteriores, y su procedencia es variada. Como es normal, buena parte de los matriculados tiene sus raíces en Palencia, pero también hay alumnos de Valladolid, Burgos, Salamanca e, incluso, Sevilla e Iberoamérica, concretamente de México y Colombia. Buena parte de esta mezcla de orígenes la tiene la rama textil. Estos estudios, comparables a un grado universitario (de hecho, tienen cuatro años de duración), solo se pueden cursar a orillas del Carrión. «Tener unos estudios únicos en toda España es un lujo», comenta la máxima responsable de la Mariano Timón.

Asimismo, el centro está en constante movimiento para «adaptarse a las necesidades del alumnado», apostando por las nuevas tendencias y tecnologías, pero sin olvidar el trabajo manual que le lleva dando sentido desde su fundación en 1922. Entre las últimas novedades destaca la renovación del plan de estudios efectuada hace dos años para ofrecer Ilustración y Arquitectura Efímera. Rebollo comenta que el primero de los ciclos está lleno, «la prueba de que el cambio ha tenido éxito».

Por último, recuerda la importancia de «tener un nuevo edificio» para no estar repartidos en dos lugares de la capital. «El alumnado de Miguel de Unamuno se siente más solo y es una pena que los estudiantes de Bachillerato no puedan ver de cerca los estudios de textil. Lo suyo es que esté todo unificado», manifiesta la responsable de una institución educativa centenaria.