«Lo que más me duele es no poder dar clase»

César Ceinos
-

El maestro David Alonso, que sufre esclerosis múltiple, habla de su enfermedad y anima a hacerlo porque es más útil que esconderla

Alonso, durante la celebración, ayer, del mercadillo de la Asociación Esclerosis Múltiple de Palencia. - Foto: Juan Mellado

David Alonso es uno de los aproximadamente 300 pacientes diagnósticados con esclerosis múltiple en Palencia. Es maestro de música, pero lleva ya dos años sin poder hacer su trabajo por culpa de esta enfermedad neurodegenerativa. «Lo que más me duele de todo es no poder dar clase», asegura el docente.

Su vida dio un giro de 360 grados con 27 años, en 2005, cuando los medicos le confirmaron que sufría esclerosis múltiple. Esta noticia fue un gran mazazo para él -«cuesta mucho asimilarlo», admite-, aunque también supuso un cierto alivio, ya que después de mucho tiempo padeciendo síntomas puso nombre a su enfermedad.

Inicialmente, decidió esconder su estado de salud. Lo hizo por «el que dirán» y por el riesgo a quedar estigmatizado. Pero con el paso de los años y mucho esfuerzo, decidió hablar de ello.  Cree que es más útil, tanto para él como para otras personas que sufren los mismos problemas. De hecho, anima a los enfermos de esclerosis múltiple a que acudan a la asociación de Palencia por todo el apoyo que ofrecen les ofrecen y por el calor humano de las personas que están integradas en ella. «Te sientes mejor», declara poco antes de pedir una mayor sensibilidad a la sociedad.

 Por poner un ejemplo, él necesita de una silla motorizada -a la que llama scooter- para moverse y aún se encuentra con obstáculos como escalones y bordillos en lugares públicos y  privados que podrían eliminarse con una pequeña obra. Otras personas no ven un problema ahí, pero Alonso sí. Además, por si fuera poco, se suma al resto de dificultades de su día a día. «Para vestirme en invierno necesito una hora», comenta el maestro, al que la enfermedad no ha podido quitar las ganas de leer, de escribir y de tocar la guitarra.