"Las mujeres hemos logrado mucho, pero no hay que despistarse"

DP
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Recibir el Águila de Oro anima mucho en una profesión «en general, terriblemente dura para nosotras»

Inés París - Foto: Wifredo Román

Atesora una dilatada experiencia en el mundo del audiovisual, desde sus inicios en el corto, pasando por largometrajes, documentales y estos últimos años por trabajos en  TVE. El AFF se lo ha reconocido.

El festival de Aguilar reconoce su trayectoria profesional, ¿cómo lo recibe?
Yo pienso que los galardones, los premios y los reconocimientos son una gozada y una cosa que te anima. La profesión del cine y de la televisión, del audiovisual, en general, es para las mujeres terriblemente dura, diría yo. Y como todo cuesta tanto, creo que cualquier momento gratificante es estupendo y hay que disfrutarlo muchísimo. Yo, que tengo 60 años, sigo peleando cada día para sacar adelante mis proyectos y me cuesta. 

Como directora, se inició en el mundo del cortometraje con A mí quién me manda meterme en esto (1999) y Vamos a dejarlo (2000) ¿Cómo recuerda esa etapa?
¡Ay fantástica! Lo que pasa es que a veces tengo poca memoria de sitios concretos, en esto soy un poco desastre. Pero fue esa primera etapa de encontrar mi propia mirada. Además, lo hice en equipo con Daniela Fejerman, que codirigimos nuestros primeros cortos y nuestras primeras películas, y fue una etapa llena de ilusión, aprendimos muchísimo y también vimos en muchas ocasiones que estábamos bastante solas, que teníamos que estar todo el tiempo aprendiendo cómo entrar en la profesión. 

¿Ha seguido en el cortometraje?
Uno de los últimos que hice tiene ya años, fue para Mujeres por África, donde dirigí un proyecto que era básicamente rodar una serie de cortometrajes en países africanos. Yo hice uno de ellos, lo rodé en Mali y fue una experiencia fantástica, protagonizada por una niña, La radio de Batuma (2010), que  me gusta muchísimo. Después intenté hacer un corto, cuando pasó aquello tan terrible de Madrid Arena, que murieron varias adolescentes. Mi hija estaba allí y no le pasó nada, pero yo me quedé con el recuerdo de las voces de las niñas que llamaban al 112 y no les hacían caso. Quise hacer un corto sobre eso, pero tuvimos mala suerte,  y sigo pensando en hacerlo.     

Festivales, como el de Aguilar, ¿siguen siendo necesarios?  
 ¡Madre mía! Solamente hay que saber la afición al cine que hay aquí en Aguilar, y por extensión en toda la región. Yo creo que, además, es una cosa asombrosa y sorprendente. Además, es un lugar que tiene un cine que se llama Amor y que cumple cien años. Me parece una cosa tan fabulosa, milagrosa, tan bonita, una cosa tan difícil de describir, y además, aquí se han formado muchas vocaciones, muchas profesiones, y se ha creado público que es lo que más  necesitamos.    

Fue la primera mujer en dirigir la Fundación SGAE, presidió la Asociación de Mujeres y Cineastas de Medios Audiovisuales y siempre ha reivindicado la igualdad de oportunidades para la mujer en el cine. ¿Qué cree que se ha conseguido? 
Se ha conseguido muchísimo, es impresionante lo mucho que han logrado las mujeres del audiovisual en el mundo.  Y también en España, como que la profesión comprenda que la ausencia de mujeres en puestos directivos, cambia los contenidos y no ayuda nada en temas como la violencia. Cuando empezamos a decir eso, parecía una tontería; ahora, se entiende que ese problema es importantísimoen la sociedad. Después, hay que destacar que ha sido la propia asociación, no tanto las instituciones, la que ha conseguido trazar una hoja de ruta política de acciones concretas, pero hay que tener mucho cuidado con los espejismos, porque es verdad que está siendo más fácil entrar en la profesión, pero el tema no es entrar, sino tener una carrera con continuidad.