No sin sufrimiento, y con mucha emoción, el Zunder Palencia se pone por delante en la serie al mejor de cinco partidos ante el Oviedo. Los morados volvieron a tener diversas fases a lo largo del partido, algunas desesperantes, otras espectaculares. Volvieron a tener nervios de acero y personalidad en el momento decisivo, en el último minuto en el que entraban con desventaja de un punto. Primer asalto para el Zunder, pero todavía queda camino por andar y sufrimiento. El Oviedo no se lo va a poner fácil, como ya demostró ayer y en los dos partidos ligueros en los que ganó.
Mal arranque del cuadro local, ante un conjunto asturiano más intenso en defensa y acertado en ataque. Aunque fuese a base de garra, los de Pedro Rivero lograron recortar una diferencia que parecía dispararse, para acabar el primer cuarto con una desventaja de ocho puntos, (14-22).
La presencia de Rubio y Ortega le dio más intensidad y nivel defensivo en estos minutos finales del acto para iniciar la remontada, tras haber estado quince puntos abajo (7-22). El público empezó a cargar contra los colegiados, para meter más presión al choque, y llevar en volandas a sus jugadores, pese a que sus gradas contaban con algo más de media entrada.
SEGUNDO CUARTO. Esa dinámica esperanzadora local se mantuvo en el inicio del segundo cuarto, dejando a los asturianos anclados en los 22 puntos, lo que motivó el tiempo muerto de Lezkano (19-22), como siempre recibido en la presentación de los equipos con una sonora ovación. La sabia afición morada no olvida nunca a sus héroes del pasado.
Pero poco resultado le dio esta llamada a consultas, los morados se desmelenaron y en cuatro minutos y medio le daban de forma espectacular la vuelta al marcador, (30-24), con dos triples de Dani y Rubio y un mate de Ali. Un par de minutos de gloria del Zunder valen todo un partido. La tormenta perfecta: rayos, truenos y lluvia de puntos. Nuevo tiempo muerto del desesperado Lezkano, al que le gusta tener todo bajo control y veía como su equipo se derrumbaba de forma incomprensible. Esta vez sí pareció dar resultado su periodo de recapacitación. Cuando menos frenó el frenético ritmo de un equipo local que estaba desatado (38-34 al descanso).
segunda parte. Tercer cuarto de cierto equilibrio, ritmo más bajo e intercambio de canastas, aciertos y desaciertos. Lo más positivo, los minutos de calidad de Bamba Fall, recuperado para la causa, hasta el punto de recibir posiblemente la mayor ovación desde que viste la morada cuando era relevado. 60-55 al término de este periodo.
Llegaban los minutos de la verdad, en los que destacan los jugadores con calidad y personalidad. Un exmorado, Jeff Xavier, lograba con su triple equilibrar el partido (63-63) a falta de siete minutos. Otro excolegial, Jorgensen, estaba siendo uno de los destacados del cuadro astur. Tiempo muerto de Rivero. El marine Chumi Ortega colocó un tapón imposible, luego una canasta de garra y finalmente una notable acción defensiva que elevó los decibelios de la grada y contagió a sus compañeros, marcando el camino. Pero su efecto duró poco, el tiempo que le volvía a dar la vuelta al marcador el Oviedo (68-69, a falta de 3'20''). Se entraba en el último minuto con esa desventaja de un punto y posesión rival. La caldera de Castilla (renuncio al copyright) se encendió. Rubio detonó la explosión de júbilo con su triple. Rebote de Chumi en la jugada posterior. La huerta murciana sigue alimentando al Palencia. Speight, exovetense, abrió la brecha con un tiro libre y Barro, tras el rebote, dio la puntilla. 1-0, pero no es más que el primer asalto. Queda mucho y con muchas emociones por delante. Poco tiempo para que uno y otro técnico corrijan errores y sorprendan al rival. Mañana, más.