La tráfica muerte del ciclista veterano Félix Prendes Rodrígiuez ha sobrecogido a Palencia, al deporte asturiano y al ciclismo nacional. Las caidas son frecuentes en la carretera, pero no con este desenlace tan dramático. De hecho, en este mismo Trofeo Santiago máster organizado por la SDDanisa disputado el pasado domingo hubo otra caída en la que se vieron involucrados dos ciclistas palentinos que estaban en una fuga de cinco,Iván Treceño y Miguel Ángel Andrés, Miguelin, sin consecuencias, aunque el segundo tuvo que abandonar.  

Aunque se estén haciendo las pesquisas pertinentes, será difícil saber qué ocurrió exactamente para que el ciclista asturiano hiciese un recto y fuese a caer en una zanja, volcando y golpeándose posteriormente la nuca con una señal de tráfico indicativa de prohibido adelantar en sentido contrario. El lugar de los hechos, tanto en el asfalto, como en la propia señal, estaba ayer marcado tras el atestado de la Guardia Civil. Lo que se sabe ya con exactitud es que no hubo ni reventón ni pinchazo en su bicicleta (como comentaron algunos ciclistas al término de la prueba), descartándose ese motivo para el mal trazado realizado por Félix Prendes. Tampoco la autopsia determina situaciones anómalas. Un descuido, un mareo, nunca se sabrá el motivo exacto de lo ocurrido.

sus últimos once kilómetros. Félix Prendes Rodríguez era un minero jubilado, que desde hace una década se había dedicado a la bicicleta por afición, como cicloturista y corredor federado máster. El gijonés, padre de dos hijos,  venía destacando en estas dos última temporadas. En la actual en las filas del Guía Color, también asturiano, como él, residente en Gijón. De hecho, dos semanas antes había corrido en Palencia, concretamente en el Trofeo Pisoraka en Herrera, donde acabó primero en su categoría.

Se animó a bajar a Palencia junto a otros dos corredores de equipo. Al ser Master-60 (mayores de 60 años) no hacen el recorrido completo, sino que se incorporan los ciclistas ya iniciada la carrera. Félix Paredes lo hizo en el cruce de Villaconancio. Inmediamamente, llegaba Cevico Navero y las primeras estribaciones del alto delConvento. Como buen escalador que era (campeón asturiano de su categoría) se mantuvo en el grupo de punta, donde había corredores más jóvenes. Tras coronar, inició junto al resto el descenso, que fue muy rápido, al tener el viento de espalda. Una bajada sinuosa en los primeros metros, pero que acababa en una recta antes de iniciar un pequeño repecho con una curva a la derecha camino de Baltanás. La zona conocida como la olla. Era el kilómeto 8,500 de la PP1411. Llevaba recorridos, en su caso, poco más de once kilómetros. 

Normalmente, los ciclistas, cuando llega una curva en descenso, realizan el trazado cortando, en este caso de izquierda a derecha. Era una recta que no  parecía entrañar peligro, más allá del lógico bajando en grupo y a una velocidad que podría llegar a los 60-65 kilómetros por hora. El corredor asturiano, por lo que señalan testigos presenciales, se fue a la izquierda sin saber el motivo y cayó en una pequeña zanja junto al asfalto, dando una voltereta y estrellándose contra una señala vertical de tráfico. Fue un impacto brutal de la nuca contra el metal. Traumatismo craneoencefálico severo.Muerte inmediata. Concretamente, la señal era una que marcaba el prohibido adelantar en el sentido contrario al que los corredores rodaban por la carretera. Nada pudo hacerse por su vida. 

David Nieto, presidente del club organizador, la SDDanisa, (a la par que del Palencia Cristo Atlético), junto a sus hijos, acudieron en la misma tarde del domingo al tanatorio para dar el pésame a la familia del infortunado ciclista veterano, pero no fue hasta ayer cuando pudieron viajar, dado que el cuerpo estaba siendo examinado para realizarle la autopsia.