El Cristo del Otero, obra cumbre del escultor palentino Victorio Macho, se inauguró el 12 de junio de 1931, así que ayer, cuando se cumplían 90 años, la noche se llenó de luz y color con el protagonismo de la propia escultura, y es que partir de las 22,30 horas se pudo disfrutar, tanto de modo presencial a los pies del cerro como a través de streaming, de un espectáculo de videomapping organizado por la Concejalía de Cultura, Turismo y Fiestas.
Unos 300 alumnos participaron en el diseño y elaboración de algunas de las ilustraciones que formaron parte del espectáculo.Pertenecen a los centros educativos Santo Ángel, Juan Mena, Nuestra Señora de la la Providencia, Sofía Tartilán y Blanca de Castilla. «Los escolares han utilizado para la realización de sus composiciones diferentes plantillas, aportando su visión más innovadora y rindiendo homenaje a la escultura», explicó la concejala responsable del área, Laura Lombraña, quien subrayó que se quiso que los escolares tuvieran un papel protagonista «para premiar la cultura del esfuerzo y del trabajo de los niños de Palencia».
El espectáculo, de una duración aproximada de 15 minutos, comenzó con una primera parte dedicada a los niños y fue encadenando montajes y diseños que hicieron posible disfrutar del Cristo de una manera sorprendente y muy original. El trabajo ha sido realizado por Rodrigo Tamariz, director del Festival de nuevas tecnologías aplicadas a las artes escénicas de Castilla León y profesor titular de Videomapping en la Cátedra de Televisión y Nuevos Medios de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños (Cuba), y ha contado con la colaboración de expertos en videomapping de la Escuela de Arte de Río de Janeiro, que «han aportado la visión que tienen desde Brasil porque allí también se siente nuestro Cristo» aseguró Lombraña.
La Concejalía de Cultura, en su constante difusión, protección y recuperación del patrimonio cultural, pone en valor el símbolo más emblemático de la ciudad, enmarcado en la nueva estrategia turística, fortaleciendo la cultura e identidad local, en un modelo de crecimiento y transformación que sitúa a Palencia en el panorama nacional como destino turístico de interés y que empieza a posicionarse a nivel internacional.