Editorial

'Renacer' lleva 50.000 visitantes a ver y reconocer la seo

Diario Palentino
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Entre los que la han disfrutado habrá quienes vuelvan más adelante a una catedral palentina bella y, ahora sí, reconocida.

En realidad se trataba de eso, de conseguir que la catedral de Palencia sea la bella reconocida capaz de quitarse de encima el sambenito de desconocida. En lo de bella han coincidido, y siguen haciéndolo, cuantos la visitan, sean más o menos entendidos en arte. Otra cosa es que goce del mismo predicamento entre los promotores y los divulgadores del patrimonio histórico-artístico de nuestro país, que es mucho y muy variado, pero que en modo alguno puede o debe prescindir de fábricas góticas como esta. Aprovechando la celebración del séptimo centenario de la colocación de la primera piedra, un dilatado programa cultural ha contribuido desde 2021 a que la seo estuviera en boca de casi todo el mundo y, dentro de él, junto a conferencias, conciertos, visitas divulgativas, jornadas técnicas y otros eventos de relieve, la magna exposición Renacer se ha erigido como la joya de la corona. Y es que dos centenares de elementos arquitectónicos, piezas artísticas y documentos conforman un escaparate magnífico y único, que redescubre el templo a quienes ya lo conocían y deja boquiabierto de admiración a quien lo visita por primera vez. La esencia enriquecida de la catedral, estructurada para una mejor apreciación y para un recorrido cómodo, constituyen esta temporal, que cerrará sus puertas el 11 de diciembre.

 Afronta ahora el último de sus seis meses con un buen balance de visitantes, puesto que sobrepasa los cuarenta y siete mil y llegará fácilmente a los cincuenta mil entre grupos de adultos foráneos y locales, asociaciones y colectivos y alumnos de colegios e institutos. A priori, la cifra puede no ser demasiado llamativa, a tenor de otras grandes citas artísticas. Sin embargo, no debemos olvidar en ningún caso que Palencia es una ciudad pequeña, capital de una provincia con numerosos atractivos en el ámbito patrimonial, y encuadrada en una comunidad que puede presumir de un significativo peso específico en ese mismo ámbito. La competencia con lugares próximos, cuyos monumentos no arrastran el calificativo del desconocimiento, sumada al miedo que todavía existe entre colectivos vulnerables frente al coronavirus a la hora de acudir a lugares públicos con más gente, y sin olvidar la crisis socioeconómica que sufrimos, con carácter general, son elementos disuasorios en muchos casos.

Por todo ello, cincuenta mil visitantes, entre los que es prácticamente imposible encontrar a uno solo que haya salido decepcionado de la exposición, no es una cifra pobre. En este caso, tiene importancia la cantidad, pero también la calidad, y puede decirse sin duda ninguna que esta última caracteriza a Renacer, junto al valor de su continente y su contenido. Entre los que la han disfrutado habrá quienes vuelvan más adelante a una catedral palentina bella y, ahora sí, reconocida.