El parque del Salón acogió ayer la celebración del XXXI Día del Vecino, en el que la presidenta de la Favpa, Mayte Rodríguez, reclamó una mayor implicación de la ciudadanía para evitar que el movimiento vecinal desaparezca. 

«Hago un llamamiento para que los ciudadanos se impliquen en las asociaciones de sus barrios», aseveró la máxima responsable de Pan y Guindas y de la Federación de Asociaciones de Vecinos  de Palencia, que reprochó a los palentinos que «solo participen en las actividades gratuitas que se organizan» cuando hay «más cosas que se hacen desde las asociaciones y desde la Federación para el bien de los barrios y la ciudad».

Mayte Rodríguez explicó a este periódico que tanto las asociaciones como los CEAS «han recuperado el nivel de actividades de antes de la pandemia», aunque reconoce que tras el fallecimiento de Jesús Paredes, ya apenas hay contacto con las tres asociaciones radicadas en municipios de la provincia: Revilla de Pomar, Orbó y Vallejo de Orbó.

La presidenta de la Favpa opina que el crítico momento que atraviesa el movimiento vecinal se debe a que «la gente cada vez se aleja más del voluntariado. «Todo lo que sea trabajar sin cobrar no se concibe», añadió, para cerrar el foco, sobre todo, en los barrio más envejecidos. «El ejemplo es que en los barrios con más gente joven, como la Avenida de Madrid, Nueva Balastera o Allende el Río, sí hay vecinos que se implican más».

El Día del Vecino fue también una jornada reivindicativa, ya que la presidenta de la Favpa pidió al Ayuntamiento que haga más caso al movimiento vecinal. «Sobre todo en lo que tiene que ver con obras y las peticiones que les trasladamos todos los años», comentó Rodríguez.

«En muchas ocasiones, y esto va tanto para el Ayuntamiento como cualquier otra institución, no se piensa en las personas que utilizamos las cosas», añadió.

Galardón. La Favpa quiso reconocer este año la entrega y trabajo de Aurora Maeso, «una buena persona que lleva muchísimos años luchando por el movimiento vecinal», explicó Mayte Rodríguez.

«He estado vinculada a la asociación de vecinos de San Antonio durante muchos años y que ahora recaiga este premio sobre mí, me hace mucha ilusión», comentaba Aurora Maeso, que presidió la asociación de este barrio «entre 1992 y 2000».

«Había un grupo de gente extraordinario. Yo empecé en la asociación hace casi 30 años, con Tinillo, Josefe, Galindo... Allí aprendimos un grupo de personas, casi todas mujeres como Cándida, Belén, Maripaz... a movilizarnos porque en el barrio no había nada, ni centro social», rememoraba la galardonada. 

Aurora Maeso recuerda cómo convencieron a la gente mayor para que acudiese a las clases de gimnasia «para fortalecer el corazón». «Alguno de ellos todavía sigue», aseveró orgullosa de una labor que dio sus frutos. 

«Empezamos a enseñar lo que sabíamos hacer, como talleres de coser, de hacer muñecos... Nos sentábamos y hablábamos y eso hizo que aprendiéramos mucho en un momento en el que, además, empezaba a desarrollarse el mundo de la mujer», comentó a este periódico la galardonada.

Maeso también cree que el movimiento vecinal va a menos. «Llega un momento en el que los que están implicados tienen su vida y su trabajo, y no pueden coordinar bien todo. Por desgracia, si hay una fiesta no falta nadie pero el compromiso falla cuando hay que ir más allá», señaló.

Quizá por ese motivo, le duele ver la asociación de vecinos de San Antonio cerrada. «Lo echo de menos», reconocía tras recibir su premio.