El veto a la caza del lobo deja «indefensos» a los ganaderos

César Ceinos
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Las organizaciones profesionales agrarias denuncian que los ataques de los cánidos salvajes son cada vez más habituales

Protesta de las organizaciones profesionales agrarias reclamando apoyo a los ganaderos por los daños producidos por los lobos en 2016. - Foto: Óscar Navarro

Los ganaderos de Palencia aseguran que la prohibición de cazar lobos al norte del Duero provoca «indefensión» y «desamparo» en el sector. Denuncian que los ataques a las explotaciones, que se producen mayoritariamente en la zona de la Montaña Palentina aunque también se han extendido ya a otros puntos de la provincia, son más habituales que antes y vaticinan que la situación empeorará con el paso del tiempo.

Este cánido salvaje está protegido en toda España desde el 21 de septiembre de 2021, cuando apareció publicada en el Boletín Oficial del Estado una orden ministerial que introdujo al animal en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre). Una proposición de ley registrada por el PP y defendida el martes por la parlamentaria palentina Milagros Marcos en el Congreso de los Diputados pretendió sacar a este mamífero de ese listado, pero se encontró con el rechazo del pleno. 143 diputados votaron a favor de la medida; 175, en contra y 26 se abstuvieron. La decisión, que en la práctica sirvió de refuerzo a la postura del Ejecutivo central, provoca que «el lobo esté más protegido que el ganadero», según lamentan el secretario general de UPA Palencia, Blas Donis, y el presidente provincial de COAG, David Tejerina.

Se trata, a su juicio, de otro problema más que tienen que afrontar unos empresarios que ya están sufriendo dificultades, como el encarecimiento de los costes de producción. «Se ha generado una situación de incertidumbre. La gente ya no quiere ni denunciarlo porque la administración regional se ha desentendido», comenta Donis, que también asegura que el número de estos animales está aumentando y que atacan incluso explotaciones que están cercadas.  En este punto coincide con el mandatario de COAG, quien declara «que hay más lobos que nunca» y que las agresiones se producen «prácticamente todas las semanas». Por su parte, el presidente de Asaja Palencia, José Luis Marcos, manifiesta que los ganaderos afectados están «muy desanimados» y adelanta que alguno está a punto de tirar la toalla «porque no pueden vivir así». «¿Quién se va a quedar con una cabaña que está sufriendo ataques constantemente?», se pregunta.

Sus colegas Tejerina y Donis también auguran que la prohibición de la caza del lobo abocará al cierre de explotaciones ganaderas (principalmente de ovino y vacuno, que suelen ser los animales atacados) y dificultará aún más el relevo generacional en un sector en el que ya escaseaba el traspaso del negocio de padres a hijos. «Está comprobado que hay más lobos que nunca y lo único que va a hacer es desplazar a los ganaderos», insiste el dirigente de COAG, mientras que el responsable de UPA habla incluso de consecuencias para el medio rural que van un paso más allá. «Se producirán más incendios forestales y otros problemas en esos territorios porque estarán abandonados de la vida de las personas», añade a la vez que defiende el papel de los ganaderos de la Montaña Palentina en el cuidado de la naturaleza en la zona norte de la provincia. «Es así de bonita porque hay personas todos los días que sacan su ganado a los prados. Si no hay explotaciones irá desapareciendo poco a poco. No de la noche a la mañana, pero será una estampa distinta, La actual desaparecerá», subraya.

Los tres líderes de las organizaciones critican duramente la postura del Ministerio para la Transición Económica y abogan por un «equilibrio»que sea beneficioso para el ganadero y que permita el mantenimiento de la especie, algo que ahora, en su opinión, es inexistente por la inclusión del lobo en el Lespre. «La ministra Teresa Ribera en vez de ayudar al sector lo único que hace es ponerle trabas», apostilla el presidente de Asaja. Desde UPA manifiestan que los ganaderos, con esta modificación legal, «se sienten abandonados totalmente ante la amenaza de un animal que se alimenta a costa de su economía» y desde COAG no entienden que el Gobierno «se empeñe en proteger al lobo, que está en expansión». «Creemos que hay que convivir, pero para ello tiene que haber una regulación y un control. No queremos que se extermine», asegura poco antes de decir que Ribera «está haciendo un flaco favor al sector». «Creo que por favorecer a grupos ecologistas y animalistas se olvida de los que producimos los alimentos y de los que poblamos el territorio», subraya.

Respecto a las capturas, Marcos recuerda que  «no se mataban estos animales así como así». «Antes era una caza controlada y no pretendía extinguir ningún animal. Había un número de cupos por zonas y había años que ni se cubrían, porque es muy astuto y es difícil cazarlo. Teníamos una herramienta, ahora no. Entendemos que el lobo debe de estar, pero también debe de estar la cabaña ganadera», manifiesta. De hecho, piensa que la situación legal anterior a septiembre de 2021 «no era mala aunque podía mejorarse». En relación con este tema, Tejerina declara que la caza era «selectiva» y autorizada por Medio Ambiente.

Esta prohibición fue uno de los motivos que animaron al sector agrario a participar, junto a otros colectivos ligados al campo, en la manifestación que se celebró en Madrid el 20 de marzo. Tejerina reconoce que, tras el éxito de la movilización, esperaba algún gesto del Ministerio de Transición Económica que no ha llegado. «Queríamos que la ministra hubiera tomado nota en este tema, pero sigue en sus trece cuando las comunidades que sufrimos al lobo estamos en contra». Marcos destaca que, al menos, la marcha sirvió para que la sociedad «viera el enorme malestar del campo», pero lamenta que para la administración central «todo ha seguido igual». 

Por último, Donis recuerda que UPA ya pidió la dimisión de Ribera, si bien admite que tenía esperanzas en que los recursos que presentaron hace meses las organizaciones agrarias profesionales y varias comunidades autónomas contrarias a esta decisión tuvieran un «mínimo fruto positivo». 

 

«El lobo no se multiplica exponencialmente y es necesario», aseguran desde Ecologistas en Acción de Palencia

Ecologistas en Acción se felicitó por el resultado de la votación del martes en la Cámara Baja. «Estupenda noticia: el Congreso rechazó por quinta vez los intentos del PP y de Vox de que se desproteja al lobo y se le pueda cazar. Estos partidos apuestan por la matanza de lobos en lugar de asegurar su conservación», aseguraron desde la organización conservacionista a través de la red social Twitter.

El responsable de Ecologistas en Acción de Palencia, Alberto Fuentes, muestra igualmente su satisfacción porque esta especie continúe dentro del Lespre. «La convivencia entre lobos y ganaderos siempre ha existido y se ha dado durante muchas generaciones», añade. Asimismo, critica la postura de aquellas personas que vaticinan que la población del cánido salvaje crecerá rápidamente al no poder cazarse. «No se multiplica exponencialmente como dice la gente a la que no le gusta la nueva situación. Además, es necesario porque es un predador apical», asevera. Por último, ruega a los políticos «que acaten la ley».

Antes de que los diputados pulsasen el botón del sí, el no o la abstención, Ecologistas en Acción y cuatro organizaciones más (Amigos de la Tierra, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF) publicaron un comunicado en el que reclamaron a los parlamentarios que votaran en contra de la iniciativa 'popular'. Alegaron que la medida que pretendía devolver al lobo a su estatus anterior suponía «un grave retroceso y la vuelta a un modelo de gestión insostenible y superado, que perjudica a la conservación de la especie y no reduce los daños a la actividad ganadera, además de ir contra el criterio de la ciencia y la Comisión Europea». 

Asimismo, denunciaron que se utilice «al lobo como chivo expiatorio para justificar la incapacidad de los diferentes gobiernos autonómicos para hacer frente al proceso de despoblamiento y envejecimiento del medio rural».