José Luis Díaz Sampedro

José Luis Díaz Sampedro


Feminidad auténtica

02/08/2021

Desde que en los años 60 el feminismo marxista radical sembró la idea de que la naturaleza humana puede cambiarse venimos asistiendo al triste declive de la salud y la felicidad entre las mujeres, por mucho que los lobbies mediáticos y políticos se empeñen en demostrar lo contrario. Ese feminismo progre lleva más de 60 años intentando convencer a las mujeres de que su felicidad radica en ser como los hombres, más aún, en ser hombres.
Si el auténtico esplendor de algo exige que ese algo actúe conforme a su naturaleza, parece evidente que la mujer debería poner en valor todas las cualidades que su naturaleza comporta (como el hombre las suyas). Y es propio de la condición femenina el dar la vida (ser madres) y mejorar la de los demás (acogiendo, sosteniendo, alimentando, enriqueciendo). Si la mujer prescinde y desprecia todas esas cualidades innatas y esenciales ¿quién ocupará su lugar?.
Pocas cosas hay en la cultura actual (la occidental) tan menospreciadas como la virginidad (si es por un gran ideal) o la maternidad (especialmente si se tienen muchos hijos). Y probablemente esas mujeres son mucho más felices que las demás. Porque, lejos de considerarse resignadas a su suerte o frustradas en su proyecto vital, están actuando conforme a su naturaleza y contribuyendo -sin pedir nada a cambio- a un auténtico progreso social.
La ideología de género que machaconamente nos intentan implantar desde el poder -el político y el mediático- está  haciendo mucho daño. Es hora de reaccionar. Porque como decía Edmund Burke «para que el mal triunfe, solo se necesita que los hombres buenos no hagan nada».