«Es necesario que se apueste por el jazz que se hace aquí»

DP
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Músico y pianista, Chano Domínguez es uno de los principales representantes del jazz-flamenco en España, pionero en la difusión de este género

«Es necesario que se apueste por el jazz que se hace aquí» - Foto: DP

El pianista gaditano Chano Domínguez (Sebastián Domínguez Lozano), uno de los músicos de jazz españoles de mayor proyección internacional, Premio Nacional de las Músicas Actuales del Ministerio de Cultura en 2020, acude como invitado de un selecto grupo que recordará en 25 años sin Tete al pionero del jazz hispano.  Será hoy, a las 20,30 horas en el Ortega, en el marco de la novena edición del Jazz Palencia Festival-Otoño Jazz en Castilla y León. Su interés por  el piano se despertó cuando tenía 12 años; con 18 grabó su primer disco con el grupo CAI y en la década de los 80 saltó al panorama jazzístico internacional con el grupo Hiscadi. Su singular obra viene definida por sus orígenes flamencos -en 1992 crea el Chano Domínguez Trío, con el que busca fusionar los ritmos del flamenco con las formas musicales del jazz-.

Una ciudad media y un festival que ha logrado posicionarse en el circuito. ¿Qué le parece actuar en Palencia?

Ya hace muchos años que actué en Palencia y no solo me consta que existe sino que su dedicación a la cultura y al jazz en particular ha sido una constante durante mucho tiempo y eso me alegra. Creo que es un empeño que tiene sus frutos y que significa mucho para la proyección de la ciudad a nivel cultural y musical en particular. Solo puedo que agradecerles su dedicación y animarles a que sigan con ello. Es todo un ejemplo a seguir.

¿Qué se va encontrar en público en este homenaje a Tete Montoliu?

Va a encontrar una propuesta donde se procura recrear el universo de Tete Montoliu con una selección de repertorio donde aparecen temas propios y un compendio de algunos de los que acostumbraba a incluir en sus conciertos de músicos que él admiraba como Monk, Miles Davis, Coltrane, Serrat y Jordi Sabatés entre otros.

Un homenaje más que merecido, ¿cuál ha sido el proceso hasta llegar a los escenarios?

El proceso se originó a partir de una idea del periodista y programador Pere Pons que nos reunió a una serie de músicos con un vínculo especial con Tete Montoliu. En este caso se estableció una formación base con el trío del pianista Ignasi Terraza, el contrabajista Horacio Fumero, el baterista Aldo Caviglia y las voces de Laura Simó o Carme Canela. En Palencia venimos Carme y yo en calidad de invitados. Y también será la primera vez que yo colabore con un pianista como Ignasi Terraza, al que admiro mucho y con el que tenía muchas ganas de compartir experiencia.

25 años sin Tete se estrenó en julio en el Festival de San Javier. ¿Cuál ha sido y va ser el recorrido por los escenarios?

Sí, el estreno de San Javier fue especial, porque ahí no podía venir Ignasi Terraza y actúe yo como titular y David Xirgu a la batería. También participó el saxofonista Eladio Reinón con quien Tete grabó el disco Historia de un amor. Fue en concierto muy especial. Ahora tenemos estos conciertos en otoño (hoy en Palencia y ayer en el Festival de Jazz de Lugo). En este caso la excusa son los 25 años de la muerte de Tete Montoliu, pero se está trabajando para que en 2023, con motivo del 90 aniversario de Tete, la propuesta circule por todos los festivales de la península con diferentes invitados.

¿Qué papel juegan los festivales en la difusión de este género y la captación de nuevos públicos?

Los festivales son básicos para la difusión y la proyección del jazz a partir de su elemento determinante que es el directo. Lo que es necesario es que se apueste por el jazz que se hace en nuestro país con un trato de igualdad con las propuestas internacionales. Por eso carteles como el de Palencia son un ejemplo y absolutamente necesarios.

¿Qué representó para usted la concesión en 2020 del Premio Nacional de Músicas Actuales que otorga el Ministerio de Cultura y Deporte?

Todos los reconocimientos siempre son bienvenidos y un estímulo para seguir en el camino y hacer cosas nuevas. En este oficio, como en todo, necesitas tener la constatación de que hay alguien al otro lado y que aquello que haces tiene un sentido no solo para ti sino para el público. Y este tipo de premios no deja de ser una valoración necesaria para no bajar la guardia y mantener viva la actitud y la curiosidad para seguir evolucionando y dar lo mejor de ti mismo.

¿Qué han supuesto estos dos años de pandemia en su actividad musical?

En mi caso personal ha significado un nuevo cambio de vida. A mi me pilló la pandemia de gira por Europa cuando ya llevaba unos años viviendo en Nueva York. Fue en ese momento cuando decidí dejar mi apartamento en Brooklyn con la determinación de volver de nuevo a España y reinstalar aquí mi campamento base. Una decisión que ahora me permite trabajar más a fondo mis proyectos con músicos de la escena española y europea, a la par que mantengo activo todo aquello que activé en Estados Unidos después de mis estancias en Seatle y Nueva York.

¿Algún proyecto en marcha?

Son muchos los frentes que tengo abiertos con proyectos diversos en los que colaboro como este dedicado a Tete Montoliu, la colaboraciones con Antonio Lizana, Gonzalo Rubalcaba, Paolo Fresu, Martirio, Mariola Membrives, Hadar Noiberg, o el Ensemble del Taller de Músicos, entre otros. Y a nivel más personal lidero un tributo muy particular a Michel Petrucciani donde participa el trompetista italiano que fue miembro de su grupo, el gran Fabio Boltro, además del contrabajo de Martin Leiton y la batería de Michael Olivera.  Y tengo mucha ilusión depositada en el proyecto de piano flamenco que ahora estoy gestando y que vendrá a ser un resumen de mis casi 50 años de carrera con colaboraciones bien dispares del mundo flamenco: guitarrsitas, cantaores, bailaores tanto del perfl más clásico como más contemporáneo.