José María Ruiz Ortega

Estampas rurales

José María Ruiz Ortega


Idus de marzo

06/03/2021

Marzo es un mes de encrucijada entre la primavera que avanza y el invierno que se retira. Las horas de sol aumentan y la helada permanece menos tiempo sobre el campo, aunque con menos fama de adverso, marzo es tanto o más variable que febrero. Un refrán antiguo nos recuerda la variabilidad meteorológica de este mes: ‘Marzo, marceador, llueve por la tarde y por la mañana hizo sol’. Los idus de marzo eran de buen augurio, de buena suerte en la antigua Roma. Sin embargo, tras el asesinato de Julio César se popularizó lo de guardarse de los idus de marzo y advertir de una posible fatalidad de la que debemos librarnos. Y precisamente, hace un año, los idus de marzo nos aproximaron una mortal pandemia contra la que aún luchamos.   
Marzo es un mes en el que se percibe la llegada de la primavera, el campo se mueve en actividad al permitir el acceso a las fincas, tras las lluvias de febrero y se prepara la sementera tardía. Cuando marzo anuncia los últimos compases del invierno, el reencuentro labrador con el terreno de sembradura no deja de deparar sorpresas, tanto de plantas ajenas al cultivo como de daños por la proliferación de conejos salvajes. Y es que con el coronavirus no se ha podido cazar, una práctica beneficiosa a la hora de controlar la excesiva presencia de fauna salvaje en los campos. Lo que se traduce en plagas de conejos que se acercan al interior de los núcleos urbanos de los pueblos. Al ser muchos avanzan por los sembrados y se comen los brotes, arruinando diversos cultivos.
Algunos agricultores, usuarios de drones para vigilar el campo, ya habían advertido de daños por exceso de conejos e incluso de topillos en alfalfas, con rodales que se amplían. Ahora comienza la siembra en los regadíos, maíz, remolacha y otros cereales de ciclo corto, se prepara el terreno para girasol y leguminosas en los secanos en aquellas parcelas que fueron aradas en adviento y han pasado en barbecho el invierno. Este mes nos acerca a un tiempo de nuevas germinaciones, de renuevos y brotes verdes en el campo. A la espera de unos idus de marzo favorables y en busca de algún brote de sentido común en los gobernantes.