«Los movimientos vecinales que aún estaban celebrando la negativa de la Junta a conceder la central eólica Rubagón, se encuentran en la misma semana con otra nueva victoria: la denegación del parque Pisuerga, en Aguilar y Barruelo».  Así resumía el portavoz de La Braña, Iván Alonso,  la resolución publicada ayer en el Boletín Oficial de Castilla y León.

Según el Bocyl, su desarrollo podría producir un «impacto crítico»  sobre algunos de los valores patrimoniales, naturales y culturales de la zona. Es decir, «los mismos motivos que esgrimió para denegar los nueve molinos de Rubagón han sido los que han servido para denegar el mismo número en Pisuerga: afección crítica a paisaje, aves y mamíferos, al patrimonio histórico y cultural y seis espacios naturales protegidos», destacó La Braña.
En paralelo, la asociación ecologista advierte de una «artimaña común en este tipo de instalaciones: dividir los proyectos en varios más pequeños para escapar a las exigencias del Ministerio de Medio Ambiente». También pretenden así «dificultar» la oposición «multiplicando» el trabajo que las asociaciones  que presentan alegaciones, señaló.

Proyectada desde la misma presa de Aguilar y en dirección norte hasta enlazar con Rubagón, los nueve molinos «de más de 200 metros» habrían impactado «irreversiblemente» sobre el pantano y sobre pedanías como Matamorisca, que presentó alegaciones «contra esta barbaridad» al igual que otras entidades como Santa María la Real o la Red de Turismo Rural. «No pueden defender como ecológico o renovable aquello contra lo que los grupos ecologistas se manifiestan», insistió.

«Nos congratulamos con esta nueva decisión de la Junta y solo esperamos que las tres resoluciones pendientes sobre otras solares en Matamorisca sean igualmente denegadas», afirmó La Braña, que advierte que, de no prosperar las alegaciones -350-, recurrirá a la justicia.