Lucha silenciosa al otro lado del microscopio

Agencias
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La comunidad científica reivindica el papel de las mujeres en un ámbito en el que el peso de los estereotipos todavía aleja a muchas niñas de las carreras tecnológicas e ingenierías

Una microbióloga estudia un cultivo bacteriano en un laboratorio. - Foto: Jeffrey Arguedas (EFE)

Si ella puede hacerlo, yo también puedo. En España hay muchas mujeres dedicadas a la tecnología, ingeniería o informática que son muy brillantes: «lo que hay que hacer es mostrar» estos modelos y apartar estereotipos, destacan desde la comunidad científica. «Las matemáticas y la informática, y así hay que transmitirlo son las herramientas más poderosas para salvar el mundo», añaden.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra hoy, los expertos reivindican el papel femenino en la investigación y la innovación. Un campo en el que aún tienen mucho peso los falsos mitos, responsables todavía de alejar a gran cantidad de pequeñas de introducirse en las carreras científicas, tecnológicas e ingenierías.

María Blasco, Clara Grima, Paloma Díaz, Pilar Martín y Rosaly Lopes relatan qué les hizo ser científicas, cuáles fueron sus referentes y qué hay detrás de los estudios que constatan que ya a los seis años los menores desarrollan la idea de que las niñas están menos interesadas que los niños en este campo.

Si la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, tuviera que explicarle a una niña por qué es científica le diría que porque «me gustaría curar enfermedades todavía incurables y alargar la vida para que nos muriésemos muy tarde».

Nombra, entre sus referentes, a Margarita Salas, quien «empezó la Biología Molecular en nuestro país y con quien aprendí a ser una científica», y también a sus mentoras Elizabeth Blackburn y Carol W. Greider, que recibieron el Nobel de Medicina en 2009. Con ellas Blasco se adentró en su tema de trabajo actual, el papel de los telómeros -extremos de los cromosomas- en el cáncer o el envejecimiento.

Salas, junto a Marie Curie, también es mencionada por Pilar Martín, jefa de grupo en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y experta en inmunología, que asegura que su primer referente fue Félix Rodríguez de la Fuente: «aunque suene a tópico nos marcó a muchos de mi generación».

Y es que, cuando se planteó estudiar la carrera siempre lo tuvo claro: «las dos cosas que más me gustaban eran la naturaleza y saber cómo funcionaban los seres vivos, por lo que no tuve duda a la hora de estudiar Biología».

Sin embargo, cuando fue avanzando se dio cuenta de que el trabajo en el laboratorio le fascinaba: «Simplemente no puedo imaginar algo más bonito».

Un artículo en un periódico brasileño sobre Frances Northcutt fue lo que inspiró a la vulcanóloga y astrónoma brasileña de la NASA Rosaly Lopes. Northcutt fue una matemática e ingeniera, también de la NASA, cuyos cálculos fueron claves para traer de regreso a la tripulación del Apolo 13 que tuvo que abortar la misión por una explosión en un tanque de oxígeno.

Lopes, que primero quiso ser astronauta -los problemas de vista no lo hubieran posibilitado-, recortó la noticia que venía acompañada de una foto del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston en la que Poppy, como se conoce a Northcutt, era de las pocas mujeres en la sala. 

Un mundo fascinante

Clara Grima, de la Universidad de Sevilla, fue animada por un profesor de Filosofía a estudiar matemáticas. Pensó que sería maestra en un instituto pero le gustaron tanto, «es un mundo tan fascinante, que ya no quise dejar de estudiarlas, por eso  -además- investigo».

Sus referentes, sus padres, que no son matemáticos ni tienen una titulación pero «son dos ejemplos de lucha y trabajo constante».

Para la directora de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Carlos III de Madrid, Paloma Díaz, su trabajo es «muy motivador y estimulante pues permite comprobar cómo la ingeniería informática puede contribuir a construir un futuro digital más humano».

Esta catedrática del departamento de Informática investiga en el campo de la interacción entre las personas y las máquinas, explorando cómo distintas tecnologías -como la realidad aumentada o virtual o la inteligencia artificial- pueden resolver problemas ciudadanos.

«En mi época no había muchos referentes femeninos porque no se visibilizaban, pero cuando conocí la historia de Ada Byron -primera programadora de la historia- me inspiró profundamente y me ayudó a entender que no me había equivocado al elegir informática», sentencia esta experta.