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Mucha ilusión, amor por los fogones y experiencia transmitida generacionalmente. Con esos ingredientes y la empatía de sus impulsores ayer se presentó el libro Saboreando recuerdos, de la mano de Senior Servicios Integrales, del grupo empresarial Clece, con el apoyo del Ayuntamiento y el chef Alberto Soto. La publicación recoge una selección de 30 recetas de los usuarios del Servicio de Ayuda a Domicilio municipal, cuyos 47 beneficiarios presentaron 70 elaboraciones. Las  mejores quedan ya a modo de legado culinario, que también encierra el apoyo incondicional y acompañamiento de 107 auxiliares que ponen lo mejor que tienen día a día para que las personas mayores de la ciudad o en situación de dependencia estén lo mejor atendidas posible en sus casas.

«Estos mayores representan el mejor tesoro que tenemos en la ciudad, junto a los usuarios que los cuidan con una encomiable vocación de servicio que hay que agradecer siempre», como explica la concejal de Servicios Sociales, Raquel Martín.

Por su parte, José Vicente Ortega, director de operaciones del grupo Clece, apunta que si se han podido recopilar 30 recuerdos de personas mayores en forma de receta ha sido gracias a la estrecha relación que establecen las auxiliares de Senior Servicios Integrales con los usuarios del la Ayuda a Domicilio, con una primera edición de 400 ejemplares. «Una relación que combina tres ingredientes: vocación, profesionalidad y un trato cercano.  Esto no solo facilita una atención excelente a las personas mayores, sino que en ocasiones también ayuda a mitigar la soledad no deseada», asevera.

Un legado de 30 recetas con sabores expertos - Foto: Óscar NavarroLas auxiliares que prestan el servicio en los hogares de la ciudad se encargaron de proponer la actividad a las personas usuarias, así como de ayudarles en la redacción de la receta y del recuerdo que les evoca. Finalmente, se las hicieron llegar al equipo de coordinación y con todas ellas sobre la mesa un jurado, formado por profesionales en nutrición, hizo una selección de las mejores.

En el libro colabora con una receta el chef palentino Alberto Soto, propietario del restaurante Ajo de Sopas. «No dudé en aportar mi apoyo y ahora veo las caras de ilusión de los participantes y pienso que elaborar las recetas les ha dado vida. Lo he vivido en mi experiencia profesional y pienso que siempre hay que escuchar a los mayores. Para mí es una fuente se inspiración e intentaré recoger su sabiduría en la cocina y que no se pierda una buena parte de esta cultura gastronómica», señala.

Rosalía Caballero, de 92 años y natural de Paredes, elaboró un dulce, los canutillos de crema, que heredó de su abuelo confitero. «Llevan harina, azúcar, mantequilla y huevos. La masa se extiende, se corta y se enrolla y, una vez frita, se rellena de crema. Con cinco años, en una actividad de cocina en el Sotillo, ya me subía a un cajón para freír los canutillos de crema que hacía mi madre», dice.

El usuario Ignacio Alcalde se congratuló de que se preparen actividades de este tipo y de las bondades del Servicio de Ayuda a Domicilio. «En mi caso preparé un cocido madrileño, ya que nací en la capital, y se diferencia poco del castellano en la forma de hacerlo aunque cambien algunos ingredientes», expone.

Este proyecto reporta múltiples beneficios a sus participantes al  estimular su capacidad cognitiva a través de la ejercitación de la memoria y la atención. Asimismo, se trabaja  la reminiscencia, compartiendo recuerdos y experiencias vividas, y se potencia la autoestima.