Cerdo matado, invierno solucionado en Santibáñez de la Peña

Rubén Abad
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Santibáñez de la Peña abre el calendario provincial de matanzas. Un puerco de 110 kilos sirvió como base para la degustación popular con sus jijas, morcillas, filetes y panceta

Cerdo matado, invierno solucionado en Santibáñez de la Peña

La matanza del cerdo se concebía casi como un día de fiesta en el medio rural. Una jornada de convivencia en la que los vecinos no dudaban en echar una mano a sus paisanos a la hora de dar muerte al animal, despiezarlo y conservarlo para hacer frente a los duros inviernos de la provincia, que en el caso de la Montaña Palentina se hacían casi interminables.

Con la irrupción de los supermercados, el éxodo rural a las ciudades primero y la despoblación después, esta vieja costumbre cayó en desuso hasta convertirse en una ritual prácticamente testimonial en algunos rincones de la geografía provincial. Por este motivo, son varios los ayuntamientos empeñados en recuperar esta ancestral tradición con un doble objetivo:mantener vivo el recuerdo de generaciones pasadas y mostrar a los más jóvenes cómo era la vida en los pueblos en épocas pasadas.

Uno de ellos es del de Santibáñez de la Peña, que ayer abrió el calendario provincial de matanzas con unas jornadas que reunieron a numeroso público en la plaza del Ayuntamiento. Vecinos del pueblo y visitantes que han elegido el municipio peñiego para pasar el puente festivo que siguieron, paso a paso, un proceso largo y laborioso con el que las gentes del pasado llenaban sus despensas.

Cerdo matado, invierno solucionado en Santibáñez de la PeñaCerdo matado, invierno solucionado en Santibáñez de la Peña

A pesar de la amenaza de lluvia que planeaba sobre la localidad desde bien temprano, la jornada fue todo un éxito. «La gente ha respondido muy bien, estamos muy contentos con la participación de esta fiesta que se ha convertido ya en un clásico del Día de la Constitución», afirmó el alcalde, Manuel Maza.

DESPIECE DIDÁCTICO

Del despiece didáctico se encargaron los miembros del Club deEntibadores Palentinos, cuya presencia en el municipio santibañés se ha convertido en un clásico en la recreación, que este año alcanzó su novena edición con la colaboración de la Diputación y la empresa porcina Deporcyl.

Entre tanto, los asistentes a esta fiesta de la matanza pudieron degustar la parva, el tradicional desayuno para la gente trabajadora que era costumbre compartir en las jornadas de sacrificio domiciliario. Esta consistió en el reparto de migas, galletas y castañas asadas, que muchos no dudaron en acompañar con un buen trago de orujo.

La plaza del Ayuntamiento de Santibáñez registró un continuo goteo de gente durante toda la mañana, si bien el punto culmen llegó con la degustación popular de morcillas, jijas, panceta y filetes elaborados in situ por los entibadores y un grupo de vecinos de la localidad que no dudó en arremangarse y ponerse manos a la obra para preparar estos manjares, que hicieron las delicias del público allí arremolinado. «Se reparte todo, un cerdo de 110 kilos del que no queda nada», subrayó el primer edil.

Para poner el broche de oro a la jornada festiva, se celebró una subasta benéfica del cerdo, de 114 kilos de peso, por el que se ofrecieron 265 euros. La recaudación íntegra irá destinada a la Fundación Vicente Ferrer, con la que el Ayuntamiento santibañés colabora de manera periódica.