Como cada año, el 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos. No son pocos los países con arraigo cristiano en los que se honra a los seres queridos y los cementerios reciben la visita de miles de personas para recordar a familiares y amigos fallecidos. Es una efeméride católica que busca rendir homenaje a todos los santos, instaurada en este formato en el año 731 por el Papa Gregorio III, quien consagraría en la Basílica de San Pedro a todos los santificados y establecería la festividad en esta fecha del calendario. Esta misma celebración se conmemora en otras Iglesias en una fecha diferente, como es el caso de la ortodoxa, mientras que en otras variantes católicas se celebra el primer domingo de Pentecostés.
Pero al amplio santoral se ha sumado desde hace años un nuevo miembro que emerge con fuerza y colorido (para algunos más bien tétrico) en la víspera de la conmemoración: 'San Halloween'. Evidentemente esta importación norteamericana e irlandesa tiene sus numerosos adeptos, aunque también hay otras voces críticas que se preguntan qué sentido tiene esta fiesta aquí, cuando incluso roza los límites del respeto a los propios difuntos.
Este trasfondo pagano de la fiesta de Todos los Santos y Fieles Difuntos aflora en el mundo rural y a través de un rico patrimonio de leyendas y antiguos mitos ancestrales. Buen ejemplo de esto último lo encontramos en 'Las calaveras de ánimas' (costumbre de vaciar calabazas y tallarles ojos, nariz y boca), el Corteju de Genti de Muerte de las Hurdes (aparición y desaparición de dos jinetes hombre y mujer ancianos) o la Estadea de Zamora (procesión de ocho espectros o almas en pena), entre otras muchas. Y en todas con el mismo denominador común: trasmitir el miedo en general a los difuntos que «no descansan» y la idea de «estar a buenas» con el más allá.
Calaveras, mascaradas, candiles, dulces, bebidas espirituosas, los vivos, los muertos, el más allá, el miedo y la fiesta. Todos ellos son elementos de las celebraciones populares de los Santos y Difuntos que, a pesar de la cristianización, nunca dejaron de estar presentes en amplias áreas del medio rural y que, lamentablemente, se han ido perdiendo.
Hasta pudiera ser que 'Halloween' ya existiera en nuestras tradiciones más profundas, así que habrá que aceptarlo como otro miembro más del santoral.