"Se están cerrando empresas por falta de relevo generacional"

H. Jiménez - C. Ceinos
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El presidente regional de ATA reclama en Palencia y en Castilla y León la aplicación de medidas que en "Andalucía han dado sus frutos", como la ampliación de la tarifa plana para los autónomos recién llegados

"Se están cerrando empresas por falta de relevo generacional" - Foto: Sara Muniosguren

Este empresario nacido en Burgos pero afincado toda su vida en Palencia dirige dos establecimientos de moda masculina en la capital y es el máximo responsable de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) en Castilla y León desde que sustituyera a Soraya Mayo en abril de 2019. Su mandato al frente de la organización regional no está siendo precisamente tranquilo. A la pandemia de coronavirus y sus consecuencias sociales y económicas le ha seguido otro período de inestabilidad. 

¿Cuántos autónomos pueden dar por realmente solventada la crisis?

Ahora mismo ninguno, o casi ninguno. Algún sector puede haber mejorado, como construcción o alimentación, pero el resto no estamos a nivel de superación. Las administraciones no pueden abandonar a los negocios de proximidad porque sería dejar tirados a muchos españoles y lo cierto es que en estas ciudades y en esta comunidad generamos muchos puestos de trabajo.

Centrándonos en Palencia, ¿en qué situación se encuentran actualmente los trabajadores por cuenta propia en la provincia?

Precaria. El comercio y el sector primario (agricultura y ganadería) están sufriendo mucho, especialmente el último por la subida de los costes de las materias primas y de los gastos fijos. El transporte, y en concreto los autónomos de este gremio, también está pasando por un momento complicado por el incremento del precio del combustible, que les afecta directamente. 

¿Qué medidas plantean desde ATA para atajar estas dificultades o, al menos, tratar de mitigarlas?

Esta semana mantuvimos una reunión con los responsables de la Consejería de Industria, Comercio y Empleo de la Junta de Castilla y León (consejero, viceconsejero y directora general de Autónomos) en la que les trasladamos nuestras inquietudes y les pedimos que ejecutasen políticas de ayuda que se han podido aplicar en Andalucía y que han dado sus frutos, como la extensión de la tarifa plana, subvenciones que vienen con dinero de Europa de hasta 5.000 euros para economía sostenible y verde y para digitalización. Hay que darle publicidad a estas ayudas, comunicarlas en tiempo y forma, y eliminar trabas para que podamos acceder a ellas.

¿Qué esperan del nuevo gobierno de la comunidad?

Llevan poco tiempo trabajando, pero lo que tienen que hacer es centrarse, aunar fuerzas y tener una política clara. En lo que a los autónomos nos afecta hemos tenido ya los primeros contactos con la Consejería de Empleo. Han sido muy receptivos y han estado con las manos abiertas. Vamos a ver a partir de ahora lo que se puede desarrollar. Hasta ahora estamos trabajando con la Mesa del Autónomo, pero se está intentando constituir el Consejo  del Autónomo. Habrá que ver en qué queda todo, pero la sintonía ha sido buena.

Desde ciertos ámbitos económicos se han quejado recientemente de la excesiva burocracia que, a su juicio, existe en la administración pública ¿Los autónomos también piensan lo mismo?

Sí. Nosotros, en un porcentaje alto, tenemos que llevar todos los papeles a nuestras gestorías, que ya están demasiado desbordadas con otro tipo de cuestiones. La Junta tiene que tener un sistema de control para la adjudicación de subvenciones, pero la burocracia actual es excesiva.  

Además, la organización a la que pertenece reclamó que se flexibilicen los créditos ICO.

Claro, queremos que haya una moratoria de un año y medio o dos años más. No estamos alcanzando los niveles de facturación normales de 2019, con la pandemia hay un porcentaje altísimo de autónomos que hemos pedido créditos ICO y ahora, con una guerra en Ucrania que no estaba prevista, nos encontramos con otro problema a mayores. Y la gente, con el carácter conservador que tenemos en Castilla y León, tiramos un poco de la cuerda y las facturas han descendido mientras los gastos de explotación nos han subido, como la luz o las materias primas que afectan además a todos los hogares. Ya estamos devolviendo los créditos ICO y tenemos un grave problema por la contracción del consumo, que está repercutiendo negativamente en la facturación.

En cuanto a la pretendida reforma de las cotizaciones de los autónomos, ¿cuál es su posición?

Hace un par de años se hizo un avance por la que puedes cambiar tu base de cotización cuatro veces al año conforme a los ingresos que tengas que tener, y yo en esto soy muy claro: que la gente pague lo que pueda y que haga un esfuerzo, en torno a los 400 y pico euros es lo mínimo que deberíamos pagar. Yo sé que al principio cuando se inicia un negocio no se puede, pero luego hay que hacer un esfuerzo, no solo pensando en la jubilación, sino pensando en que tengas un accidente laboral o una enfermedad, porque entonces es cuando nos acordamos. Si tienes una base de cotización digna podrás tener una buena prestación. Pero es cierto que el Gobierno cada vez está cogiendo un periodo más amplio de cotizaciones y eso a la gente la desmotiva. Lo que no puede ser es que alguien con trabajadores a su cargo tenga un gasto más elevado por ellos que por el autónomo; en eso hay que hacer un examen de conciencia y hacérnoslo mirar un poquito. Y al mismo tiempo a los negocios que están naciendo deben ponérselo un poco más fácil.  

¿Y respecto a las bases?

Hemos luchado para que reduzcan las prestaciones mínimas que consideraba el Gobierno en el nuevo sistema de cotizaciones por rendimientos netos.

Hay otro debate histórico, y es la persecución de la economía sumergida y prácticas fraudulentas. ¿Cómo quitarse de encima esa leyenda negra del autónomo que cobra o paga en negro?

Eso existe, pero no solo en los autónomos. Todos conocemos a trabajadores por cuenta ajena que durante los fines de semana o sus vacaciones hacen también labores extras, y esto es fatal. Es un problema social que tiene que erradicar la propia sociedad. No vamos a estar nosotros denunciando, pero es una competencia desleal. Los autónomos que hagan eso son malos trabajadores y malos ciudadanos, y habría que perseguirles más y ser más serios con ellos. Pero insisto que esto lo hay en estamentos muy diversos, no podemos pensar solo en los típicos que van con buzos o con un camión sino también en gente que ha estudiado carreras y da clases particulares, forma opositores de manera ilegal, médicos, etcétera.

El balance de 2021 reflejó un estancamiento total en el número de autónomos respecto al del año anterior. ¿Qué esperan ustedes para este ejercicio?

Estamos en la cuerda floja, con cuestiones impredecibles como la de la guerra. Será decisivo la escalada de precios que debe controlarse, porque de lo contrario no parará el incremento de costos, y además tenemos que seguir reclamando una bajada de impuestos. Hay que solicitar a la administración regional que favorezca sobre todo el emprendimiento, que no ponga trabas burocráticas y que podamos tener una tutorización cuando se coja un negocio nuevo. Se están dejando negocios a coste cero y me cuesta mucho creer que no haya emprendedores interesados en este tipo de negocios que tienen su fondo de clientes hechos y que puede ser rentable. Algo no se está haciendo bien en cuanto al apoyo al emprendimiento. No podemos ser todos funcionarios, médicos, abogados o periodistas. Todos los que acaban la carrera no pueden trabajar en lo suyo.

¿Cómo se podría promover el empleo por cuenta propia?

Hay que empezar a potenciar el emprendimiento desde abajo, desde los colegios, y hay que dar muchas facilidades a la gente que quiere ser autónoma. Estamos luchando porque la tarifa plana para personas que ejercen por primera vez se extienda durante 24 meses y que la cuantía sea aún menor. También estamos analizando bonificaciones a la mujer en el mundo rural y la tutorización de la administración, que eso ya lo hacemos desde ATA, a los nuevos empresarios para descubrir si su actividad es viable o no.

¿Existe una cultura de autónomo en la provincia?

No. Actualmente se están cerrando pequeñas empresas por falta de relevo cuando realmente se están demandando cierto tipo de trabajos y en el Centro Integrado de Formación Profesional Camino de la Miranda la tasa de colocación es cercana al 90 por ciento. No estamos siendo capaces de mantener los negocios abiertos cuando son viables y rentables y los están cerrando por jubilación, como está ocurriendo en los talleres o en el sector de la alimentación. 

Ahora lo extraordinario es el negocio que tiene relevo generacional.

Claro, es que la figura del autónomo siempre ha estado un poco demonizada. Está claro que es más cómodo asentarte en una nómina o en un sueldo y te vas más tranquilo a casa. Un autónomo vive y duerme pensando en su negocio, son 24 horas con ello en la cabeza, pero ahora mismo hay un cambio en la estructura económica, en los usos y formas de consumo, que nos va a afectar a todos. Por eso ahora habrá un impás a la hora de emprender. Algo tendremos que hacer; no podemos parar el mundo y hay que subirse a los trenes que nos vengan y cambiar el chip.

En la calle Mayor de la capital, la abanderada del comercio de la provincia, se están abriendo algunas persianas de nuevo

Si, se han inaugurado recientemente dos o tres, pero se han cerrado muchas más en los últimos cinco o seis años. Es lo que tenemos que tener de referencia, al igual que el tipo de negocios que se está abriendo, el margen de vigencia de la actividad y  el músculo financiero que pueden tener para aguantar las rentas. Estas han bajado, pero creo que todavía siguen siendo altas para el movimiento económico que tiene Palencia. También es cierto que las prácticas de consumo han cambiado y que tenemos que coexistir con ellas. Ciertas tendencias a nivel internacional hablan de un regreso al comercio físico, pero creo que en Palencia aún estaremos por ver. Además, la ley de la oferta de la demanda está ahí. Se ofrecen los productos para la población que tenemos y aquí se añade el grave problema del envejecimiento.

¿Afecta a los negocios de los autónomos que las grandes marcas abandonen la ciudad?

Sí, sin duda. Todo lo que sea limitar la oferta es negativo y más cuando la tienes en lugares limítrofes, lo que provoca que los clientes asiduos se desplacen para buscarlo. Siempre digo que estamos en el Triángulo de las Bermudas entre tres provincias más grandes que Palencia y nosotros tenemos que sacar pecho de lo nuestro.

¿Podría citar alguna característica que tiene Palencia y de la que carezcan León, Burgos o Valladolid?

Nosotros contamos con una calle Mayor que no tiene ninguna capital de Castilla y León. También tenemos una oferta bastante importante para la población existente. No cubriremos todos los sectores, porque es imposible, pero es importante.  No obstante, sería bueno que la hostelería y el comercio se unieran cada día más para hacer campañas conjuntas porque ambos sectores van unidos.

¿Qué fue del proyecto anunciado en el local del Zara?

Después de la guerra y de la contracción del consumo, gente que estaba interesada ha dado un paso hacia atrás. Hay que esperar unos meses para valorar de nuevo esta iniciativa que era muy buena y que contaba con muchos comerciantes.

¿Qué impacto está teniendo entre los autónomos que tienen pequeñas empresas el aumento del SMI?

Es una pequeña piedra en el camino, pero el 80% de las empresas en España tienen menos de tres trabajadores y no creo que el salario mínimo vaya a ser el gran problema. Alguien que vaya muy justo igual no se puede permitir ese gasto añadido a mayores, pero si vamos tan rasos quizás es que esa actividad no es realmente un negocio.

¿Y la prohibición de los contratos temporales cómo les afecta?

No es una medida positiva. Ha habido una subida de contratación desmesurada a 31 de marzo y ha sido por aprovechar que hasta entonces se podía contratar de forma temporal. Al final se dará una fórmula en la que se compensará en el sueldo la liquidación del despido y repercutirá en una pérdida en el salario que vaya a cobrar el trabajador, o nos vayamos a economía sumergida, que es el peligro que siempre está ahí.

¿Para los transportistas es suficiente la ayuda del Gobierno al carburante?

Bajo ningún concepto. Se queda muy corta y no se puede pedir tantos esfuerzos a los pequeños empresarios como las estaciones de servicio o los gastos que se les han multiplicado a los transportistas mientras no se generan más ingresos. Los negocios se están descapitalizando, la gente está trabajando a pérdidas y no se puede estar así. El ciudadano se tiene que sensibilizar.

¿Pero de qué lado estaba ATA? ¿De los transportistas autónomos o del resto que estaba sufriendo la crisis de suministros?

Del lado del pequeño. Siempre ahí. Las grandes empresas de transportes tienen sus problemas diferentes pero nosotros atendemos a quienes están solo con su camión o tienen una pequeña empresa de dos o tres. Hay que ser muy sensible con ellos y con sus reivindicaciones justas, pero nunca a favor de protestas con violencia, que en Castilla y León apenas hemos tenido.

¿Cómo se soporta esa crisis de suministros que ya se arrastraba desde la pandemia, la crisis de los contenedores y ahora la guerra?

La guerra es lo que nos faltaba. Se habían quedado contenedores en los puertos porque no era rentable moverlos, los precios habían pasado de los 3.000 a los 12.000 euros y aquello era una barbaridad. Ahora seguimos sufriendo mucho ese impacto. Hay una enorme falta de materias primas, nadie da precios cerrados, y tenemos que pedir al Gobierno unos mecanismos preparados para estas circunstancias. Aquí también habría que solicitar ayudas al cese de actividad por fuerza mayor, para dar una segunda oportunidad a los autónomos.

¿Qué puede hacer ahí el Gobierno regional?

El central es el máximo responsable, pero el autonómico tiene su margen de maniobra. Hay mecanismos que pueden sacar para acceder a cierto tipo de subvenciones y echar una mano. No se puede jugar con el pan de los autónomos. Una frase muy repetida, pero que es muy cierta, es que si a los autónomos les va bien, a España le va bien. Somos los que soportamos el gran peso de la economía. Somos 3,3 millones de autónomos y estamos todo el día luchando. Los gobiernos regionales tienen que tener políticas claras independientemente del color que tenga cada uno. Desde aquí lanzamos un guante a la nueva Consejería y al nuevo Gobierno de Castilla y León para que sea un poco más sensible de lo que han podido ser sus predecesores.

Ya ha citado alguna, pero ¿hay alguna autonomía que les esté sirviendo de espejo, por estar poniendo en marcha medidas que les resulten interesantes?

Sí, a lo mejor es una opinión más particular mía que de ATA pero yo me fijo siempre mucho en Andalucía o en Madrid. En Andalucía, por ejemplo, el crecimiento en el número de autónomos es espectacular, porque se les ha protegido mucho y se lo han creído y ahí están los resultados. Es una comunidad más joven y más poblada, a la hora de emprender allí es más fácil, pero hay que fijarse en ella.

¿Os sentís reconocidos y apoyados los autónomos?

No, solo en época electoral y realmente somos los que más mantenemos el empleo. Los que tenemos gente a nuestro cargo son de la familia. Aquí entra en juego un tema emocional y a la hora de despidos se piensa mucho antes de ejecutarlos. No obstante, en este caso, tengo que romper una lanza a favor del Ayuntamiento de Palencia por el convenio que firmó hace unos meses con ATA para el asesoramiento a nuevos emprendedores.