Editorial

Patios de colegios y cambio climático

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Los patios de colegios e institutos son fundamentales para el correcto desarrollo motriz y psicosocial de niños y adolescentes, más allá de que para algunos puedan ser su lugar predilecto o el único que les interesa. Lo son porque favorecen la socialización y las habilidades relacionales, porque fomentan los valores del juego colectivo y el deporte por equipos y lo son como válvula de escape y espacio-tiempo de respiro y descanso en mitad de la jornada lectiva. Imprescindibles y tan necesarios como las propias aulas. Sucede, eso sí, que la mayoría se limita a un cuadrado o un rectángulo de tamaño variable en el que priman el hormigón desnudo o las losetas, con escaso o nulo mobiliario y que no se caracteriza por ser la zona más cuidada del centro. Sin embargo, los patios escolares encierran muchas más posibilidades de aprovechamiento que pueden redundar en su propia utilidad, en la dimensión social y en la estética del centro. Y si además participan en la resolución a pequeña escala de los grandes problemas del planeta, como los derivados del calentamiento global y el cambio climático, mejor aún para la comunidad educativa de ese colegio o instituto y, por extensión, para la localidad en la que se asienta y para toda la sociedad.

 El trabajo continuado de información y concienciación sobre los problemas, los daños que sufre, sus consecuencias y las opciones de actuar para afrontar su preservación y sobre todo para no empeorar su precario equilibrio es algo que se lleva a cabo desde hace años, con proyectos de calidad centrados en la ecología, con programas como el de escuelas para la sostenibilidad y con acciones colectivas encaminadas al mejor aprovechamiento del agua, al ahorro energético y a la disminución de las emisiones contaminantes. Lo que ocurre es que esos patios de reunión, juego y asueto no habían sido aprovechados debidamente.

Por eso, la Fundación Patrimonio Natural ha diseñado un proyecto en colaboración con las Consejerías de Fomento y Medio Ambiente y de Educación para renaturalizar los patios escolares de la comunidad, mediante plantación de árboles, creación de jardines verticales y paredes y pérgolas, huertos escolares y suelos permeables en los que la vegetación sustituya a la baldosa. En febrero se redactarán los proyectos técnicos de cada centro y en julio se acometerán las obras. De las 293 solicitudes de participación, 25 han sido palentinas, y de los 65 colegios e institutos seleccionados, siete son de la provincia: los CEIP Blas Sierra y Jorge Manrique de la capital, Las Rozas de Guardo, Modesto Lafuente de Cervera, Honorato del Val de Monzón y Villa y Tierra de Saldaña, y el instituto Jorge Manrique. En el plazo de dos años dará gusto transitar y disfrutar sus patios, que además contribuirán a la lucha contra los efectos nocivos del cambio climático.