Vetusta Morla con toques de Palencia

DP
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El Naán participó en la gira 'Cable a Tierra' del grupo de Tres Cantos, que concluyó en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid con un concierto que atrajo a 35.000 aficionados

Héctor Castrillejo y Carlos Herrero esparcen semillas durante una actuación. - Foto: Gloria NM

El grupo palentino El Naán se embarcó en la gran aventura de acompañar con sus sonidos ancestrales afroibéricos a Vetusta Morla en su gira Cable a Tierra, que atrajo a decenas de miles de seguidores. El resultado fue muy positivo, tanto de crítica como de público. Al último concierto, que tuvo lugar el día de SanJuan en el Wanda Metropolitano de Madrid, acudieron unos 35.000 melómanos. 

La formación de Tres Cantos presentó su álbum homónimo, Cable a Tierra, que «bucea en las formas y en los sonidos tradicionales para integrarlos en un contexto contemporáneo y en ideas como el rito, la trascendencia, la pertenencia o la identidad», según aseguran desde El Naán, que están «encantados» de haber podido vivir la experiencia de ser parte de la banda de Vetusta Morla junto a las integrantes del grupo gallego Aliboria.

Ambas formaciones imprimieron su sonoridad tradicional en buena parte de las canciones del grupo madrileño. «Es muy emocionante para nosotros llevar la voz, el folklore y la cultura de Castilla y León a grandes escenarios, a menudo reservados a otro tipo de músicas como el pop o el rock. Además, nuestro proyecto nace a fuego lento en un pueblo de apenas 70 habitantes y que llegue a este nivel de difusión mediática es un pequeño milagro que nos hace sentir orgullosos de nuestra tierra y de nuestro ADN rural», afirma Héctor Castrillejo, poeta y miembro de El Naán.  

La acogida del nuevo directo de Vetusta Morla fue un éxito por su sonido contundente y preciso, por su imponente espectáculo visual y por el aporte de las sonoridades folk en sus temas, que tuvieron toques palentinos en los conciertos de Valencia, Barcelona, Bilbao, Portas (Pontevedra), Alicante,Sevilla y en el que cerró la gira nacional en la capital de España.

Así, los palentinos continúan aglutinando seguidores por todo el país con su propuesta en la que combinan sonidos ancestrales y contemporáneos con aportes del jazz y el espíritu catártico de las músicas étnicas. Se trata de un puente de unión entre los sonidos ibéricos más puros y la etnicidad más universal y entre la sencillez más sobrecogedora de la tradición castellana y la potencia contemporánea. 

«Fue un proceso de creación muy duro y complejo, con muchas horas de trabajo y de estudio para que los dos estilos empastaran con naturalidad, pero el resultado no pudo ser más emocionante y vibrante. Quizás es algo muy novedoso en España, donde las músicas contemporáneas y el rock han bebido poco de la riqueza de la tradición, cosa que en otros países se hace sin prejuicios desde hace décadas», afirma Carlos Herrero, cantante y compositor de El Naán.  Con esta aportación en el sonido de Vetusta Morla, su presencia mediática se ve incrementada de manera importante, lo que supone un espaldarazo para el grupo palentino, que formó parte de la banda madrileña sobre el escenario, pero que conservó su nombre e identidad propia.  

EN EL CERRATO. En Tabanera de Cerrato, los miembros del grupo El Naán crean y ensayan en su campamento base los temas de su amplio repertorio, en el que exploran la raíz étnica de las músicas populares y campesinas. Precisamente en este pequeño pueblo del Cerrato se desarrollaron los primeros ensayos con Vetusta Morla para adaptar las canciones del grupo de Tres Cantos al sonido y los ritmos tradicionales. 

Además del trabajo musical, El Naán puso su particular discurso poético, que sirvió de hilo conductor de los conciertos con un poemario creado por Héctor Castrillejo para este fin. Estos versos se integraron dentro de algunas canciones de Vetusta Morla y sirvieron de nexo para aportar un rito contemporáneo a la gira.

«La poesía recitada en directo, en ese contexto de grandes masas, funcionó de manera increíble. Se convirtió realmente en un rito ancestral de comunión con el público. Es muy emocionante que Vetusta Morla apueste por la poesía como elemento artístico para sus directos. Ya lo hacen en sus letras, que son de una altísima calidad, pero la poesía recitada en grandes conciertos en pabellones y estadios es una apuesta maravillosa porque, al  igual que ocurre con las músicas tradicionales, la poesía suele estar relegada lejos de los grandes medios de difusión. En ambos casos, Vetusta Morla cuida y visibiliza nuestro patrimonio popular y nuestra raíz, lo cual es muy de agradecer», coinciden en afirmar los miembros de El Naán.

Junto a Castrillejo, que estuvo al frente de la poesía, acompañaron a los madrileños tres integrantes más del grupo: Adal Pumarabín, que dirigió el trabajo rítmico del proceso; María Alba, que llevó a cabo los arreglos vocales, y Carlos Herrero, que desarrolló el trabajo melódico. En el futuro esperan repetir esta satisfactoria experiencia.  

Por otro lado, hubo que sumar también la participación de las integrantes de Aliboria, que aportaron el sonido de panderetas, voces y otros instrumentos de la etnografía gallega.