Historias gráficas

César Ceinos
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La palentina Almudena Cuesta colabora actualmente con la conocidísima revista 'National Geographic' y se dedica a la creación de infografías artísticas

Almudena Cuesta - Foto: Óscar Navarro

A esta palentina del 83 parecía que la vida la llevaba hacia la Oceanografía, pero antes de entrar en la universidad decidió dar un giro de 180 grados y entró en Bellas Artes, una carrera que también le gustaba. Unos cuantos años después explica que hizo bien. Su nombre es Almudena Cuesta, es ilustradora y actualmente colabora habitualmente con National Geographic. 

La portada del número de junio de la revista en España y Portugal, dedicada al viaje de Aníbal desde Iberia hasta la península Itálica, lleva su firma, pero quizá a algún palentino le haga más ilusión saber que fue la persona que plasmó en las páginas de la revista de marco amarillo una ilustración explicativa de un palomar típico de la comarca de Tierra de Campos. En cambio, un sueco probablemente puso más atención en el primer trabajo de Cuesta que apareció publicado, allá por 2015, en la famosísima cabecera. En aquella ocasión, habló de la expedición fallida al Ártico encabezada por Salomon August Andrée en 1897. Desde entonces han sido muchas las historias que ha contado a través de las infografías gráficas a los lectores españoles y de otras nacionalidades, puesto que han aparecido en ediciones de varios países.

Para llevar a cabo estos proyectos, en especial los más complejos, la palentina saca todos los recursos artísticos que atesora. Según explica, en el caso del general cartaginés, llegó a modelar y pintar un elefante, una balsa y otras figuras en miniatura, las fotografió, las digitalizó y, con una tableta gráfica, llevó a cabo el último paso: crear la ilustración que aparece en la primera página de National Geographic. «El resultado es una infografía artística, pero es pintura, escultura… un mix de técnicas y disciplinas», asegura. Para narrar el rescate del Sirio llegó a crear un transatlántico a escala y para hablar de los palomares, recreó uno en tres dimensiones. En ciertas ocasiones, si es necesario, se apoya en modelos humanos. 

Además, previamente siempre se documenta y cuenta con el apoyo de expertos. Lo que aparece en la revista es solo la punta del iceberg de su labor.

Pero más allá de su trabajo en la conocida cabecera, Cuesta, que estudió hasta el Bachillerato en su ciudad natal, también tiene otras historias que contar. Su época universitaria la vivió en Aranjuez y posteriormente ha cambiado de domicilio en varias ocasiones. Ahora se va a instalar con su familia en Valencia. Por otro lado, nunca descuidó su formación, participó en exposiciones y hasta ganó varios premios de pintura. 

Incluso comenta que alguna obra suya pasó por ARCO. Actualmente, de manera paralela a la colaboración con la famosísima revista, está llevando a cabo un proyecto personal sobre los exploradores polares y la cultura inuit.