Pedro Díez Montes nació el 6 de febrero de 1959 en la pequeña localidad de Ayuela de Valdavia. Fue el quinto de una familia más que numerosa que tuvo quince hijos. Su padre se dedicaba a la construcción y su madre era ama de casa. «Tenía mucho trabajo pero, con ocho hijos, se dio cuenta de que en el pueblo no había futuro para nosotros y nos vinimos a Palencia. Primero trabajó como obrero en La Yutera, luego se fue abriendo camino como albañil y más tarde montó una empresa constructora, que fue bien hasta la crisis del 73. Lo último fue el bar Arizona, donde los hijos echamos una mano», rememora.
Su primera memoria de Ayuela es la de «la luz mortecina y las tardes de invierno muy largas», aunque también se tiñe de los juegos en la calle. Allí fue a la escuela de las niñas porque no tenía edad para incorporarse a la de los niños de primaria. Vino a Palencia con 6 años y recuerda que su padre les llevó de la mano a uno de sus hermanos y a él desde la calle Santiago, donde había alquilado una casa, hasta el colegio Jorge Manrique. 

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