«Las administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura». La Ley de Memoria Histórica (de la que se extrae este artículo), aprobada en diciembre de 2007, es clara y concisa, y su interpretación no deja lugar al equívoco. Sin embargo, más de cuarenta años después de la muerte de Francisco Franco, y con una democracia consolidada, muchos ayuntamientos de la provincia mantienen símbolos que recuerdan a aquella oscura etapa de la historia reciente de España.
Como muestra de ello, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) cifra en una treintena los municipios que mantienen la nomenclatura propia del régimen franquista en sus callejeros, cuando la ley obliga expresamente a eliminarlos. «No es ningún capricho, sino una obligación que deben cumplir, y por eso nosotros estaremos vigilantes para que se respete la normativa», apunta el presidente de la ARMH en Palencia, José Luis Posadas, quien añade que la proliferación de calles franquistas «no entiende de comarcas, sino que es algo generalizado. Allá donde mires, te encuentras con una».
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer para suprimir todas estas vías del casco urbano de los municipios rurales, es cierto que la situación ha mejorado bastante en los últimos diez años. De hecho, estos treinta municipios son casi la mitad de los contabilizados en 2010 en el muestreo que realizaron por aquel entonces Juan Manuel Monge y María González, quienes registraron un total de 193 vías «dedicadas a recordar a personajes y hechos relacionados con la dictadura: golpistas, militares, falangistas, onomásticas, símbolos o jefes provinciales del Movimiento», según reza el documento, al que ha tenido acceso Diario Palentino.
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